10.04.2021 Views

EL VIENTO DE MIS VELAS--J J PICOS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

de chiripa me encontraba quehaceres, pues

cumplía con ellos, pero no me gusta ir a tocar

a puertas ajenas, y a la de Doña Faena menos

que a ninguna; sé que en esa casa, cuando lo

invitan a uno a café, ha de ir a molerlo antes.

No era solo pereza, no vayan a creer. Padecía

guayes que no sabía por entonces que existían

ni que eran una enfermedad. Guayes del alma,

sí, pero enfermedad a la postre. Los ingleses

lo llaman spleen, que ha sido, de toda la vida,

eso a lo que, por estas tierras, decimos

morriña, poco más o menos. Así que

morriñento iba yo por la vida, triste y

amargado por culpa de un deseo imposible,

agravado por el poco pan.

—¡Guay! Que Juana de Estopiñán no me

quiere ¡Guay! Que Janeczka de Torenka no me

mira ¡Guay, guay, guay! ¡Qué dolor!

¿Y qué quieren? Al fin y a la postre, era un

crío. Puede que, cavilando melancólico, se me

colara en el magín la idea de enrolarme en la

compañía de Setaro. No lo recuerdo. Pero

tengo claro que la decisión la precipitó un

títere de mercaderes de las casas nuevas del

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!