Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
130 LUIS CHIOZZA<br />
el mismo momento de su nacimiento. Arnaldo Rascovsky sostiene la existencia<br />
de un psiquismo o correlato “mental” en la experiencia intrauterina.<br />
Abordando consideraciones semejantes desde un ángulo atemporal,<br />
sostendremos aquí, como en la comunicación preliminar acerca de los trastornos<br />
hepáticos (<strong>Chiozza</strong>, 1963a), la existencia de un correlato “mental”<br />
específi co en cualquiera de las funciones biológicas. Estas últimas pasarían<br />
así, separadamente enfocadas, a constituir fantasías específi cas que<br />
incluyen también una específi ca modalidad en las relaciones de objeto.<br />
Como producto de un trabajo que realizamos en colaboración (<strong>Chiozza</strong><br />
y colab., 1969b) sostuvimos, apoyándonos fundamentalmente en las<br />
ideas de Portmann (1954) y de Schrödinger (1944), y teniendo en cuenta<br />
la existencia de formas limítrofes entre lo vivo y lo no vivo (tales como los<br />
genes y los virus), que el fenómeno que denominamos “mental”, el ámbito<br />
subjetivo no espacial que Portmann llama “interioridad”, se extiende<br />
sin solución de continuidad hasta formas estudiadas por la química, tales<br />
como las sustancias orgánicas medicamentosas.<br />
A medida que “descendemos” en la complejidad de la función, o “regresamos”<br />
hacia estadios anteriores del desarrollo, el correlato “mental”<br />
que suponemos presente posee un nivel de complejidad y abstracción cada<br />
vez más diferente de aquel que puede observarse en aquello que, desde la<br />
conciencia, solemos denominar psiquismo. La cuestión básica estriba sin<br />
embargo en la imposibilidad de trazar una neta solución de continuidad en<br />
la escala del fenómeno que denominamos “mental”.<br />
A pesar de lo que hemos dicho, el problema puede ser planteado en<br />
términos que obvian habituales divergencias en cuanto al alcance, ya sea<br />
“histórico-evolutivo” o “somático”, del fenómeno “mental” 30 .<br />
Aproximándonos desde otro ángulo al pensamiento freudiano, podemos<br />
considerar toda referencia al cuerpo, o a los estadios del desarrollo,<br />
30 Este enfoque, presente ya en Psicoanálisis de los trastornos hepáticos.<br />
Comunicación preliminar de 1963 –de manera implícita en el modo de trabajar<br />
de las representaciones, y de manera explícita en donde leemos: “...las afecciones<br />
del hígado... existen... en todos los casos, como representantes o equivalentes<br />
corporales, de algo que ocurre en lo psíquico” (<strong>Chiozza</strong>, 1963a, pág. 23)– y<br />
enriquecido en sucesivos trabajos (<strong>Chiozza</strong>, 1964a, 1966a [1964], 1970a y 1970m<br />
[1968]), fue retomado por Cesio y colaboradores en su investigación sobre el<br />
lupus eritematoso cuando dice: “Se postula que los distintos materiales expresan<br />
esencialmente el mismo fenómeno y que muestran aspectos artifi cialmente<br />
dispersos de la totalidad psicosomática, de modo que se puede trabajar con las<br />
distintas representaciones como si se tratase de un material homogéneo” (Cesio<br />
y colab., 1968, pág. 467).