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Edición Digital - Fundación Luis Chiozza

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200 LUIS CHIOZZA<br />

“envidia”, derivada de invideo, “mirar adentro” (Klein, 1957a). Abraham<br />

(1911) enfatizó además la importancia de los componentes anales.<br />

Basándonos en la consideración de las fantasías hepáticas –cuya relación<br />

con la envidia adquiere nuevos matices si realizamos un análisis<br />

prolijo del signifi cado del hígado en el mito de Prometeo (<strong>Chiozza</strong>, 1970g<br />

[1966])– podemos pensar que los mecanismos proyectivos visuales, anales<br />

o uretrales, vinculados con afectos o impulsos orales, no adquieren<br />

la cualidad específi ca que los transforma en envidia mientras no queden<br />

asociados, en la fantasía inconciente, con las representaciones hepáticas.<br />

De acuerdo con las afi rmaciones de Freud acerca del “lenguaje de los órganos”,<br />

podemos pensar además que si los trastornos hepatobiliares se “arrogan<br />

la representación” (o surgen en el cuerpo como una “consecuencia”)<br />

de la alteración de los impulsos, mecanismos o afectos englobados en la<br />

envidia, es porque el contenido inconciente de la envidia se halla en una<br />

relación estrecha con esos procesos que denominamos hepáticos.<br />

El camino que ha seguido el estudio psicoanalítico de lo que hoy llamamos<br />

fantasías orales, anales o genitales, demuestra que lo que conocemos<br />

acerca del funcionamiento corporal puede ser estudiado como un<br />

lenguaje que traduce o representa en la conciencia un proceso inconciente<br />

cuya naturaleza trasciende las categorías de “psíquico” o “somático” propias<br />

de los modos de percepción de la conciencia 42 . La hiel es un humor<br />

amargo que, excretado y segregado por el hígado, fl uye a través de las vías<br />

biliares y en parte se condensa y acumula en la vesícula. Podemos pensar<br />

entonces en un mecanismo inconciente “psicocorpóreo de expulsión venenosa”,<br />

distinto del anal y del uretral, que puede ser utilizado como envidia<br />

o que ya es envidia. También podemos pensar en un mecanismo de retención,<br />

de estasis y de acumulación de “veneno”, acorde con lo que hemos<br />

visto en el estudio etimológico de la palabra “melancolía”.<br />

Las fantasías hepáticas se asocian con una imago envidiosa y venenosa,<br />

una “madre ponzoñosa” que adquiere frecuentemente la representación de<br />

una serpiente. Además de la ya citada Medusa, o la Envidia en su carácter<br />

de deidad alegórica, la fundamental relación del veneno y la serpiente con<br />

la hiel y la envidia surge de numerosas fuentes (<strong>Chiozza</strong>, 1970n [1968],<br />

apdo. 3) que evitamos reproducir aquí en homenaje a la brevedad.<br />

Sabemos que la bilis “prepara” los alimentos e interviene activamente en<br />

un tipo de digestión que podemos considerar todavía “externa”, ya que no se<br />

realiza en la intimidad de los tejidos sino en la luz intestinal. De acuerdo con<br />

42 En “Conocimiento y acto en medicina psicosomática” [I] (<strong>Chiozza</strong>, 1974a<br />

[1972]) desarrollamos estas ideas con mayor amplitud.

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