Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
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Introducción<br />
“Idea” deriva de eidon, que signifi ca “yo vi”.<br />
Usada en su sentido primitivo, que continúa<br />
vivo en nuestro inconciente, la idea es algo “que<br />
yo vi”. ¿Qué idea podemos tener de la lágrima?<br />
¿Qué podemos ver en ella? ¿Qué “imágenes”,<br />
qué “colores” podemos contemplar si enfocamos<br />
con la luz del psicoanálisis, y la ampliamos hasta<br />
que abarque todo el campo, esa gota que resbala<br />
por el ojo húmedo y rueda por la cara? ¿Por<br />
qué sale ese líquido de nuestros ojos cuando<br />
vivimos esa emoción que se traduce en llanto?<br />
¿Qué signifi cado adquiere en “lo profundo” de<br />
nuestra “interioridad” la efusión de lágrimas?<br />
¿Por qué forma parte del llorar? ¿Y qué parte<br />
forma? ¿Cuál es el “lenguaje” de la lágrima?<br />
¿Puede este lenguaje traducirse en palabras y<br />
“deshacer” el llanto? Este trabajo constituye un<br />
intento de responder a estas preguntas.<br />
Cuando Freud, prosiguiendo las ideas de Charcot, penetró en el signifi<br />
cado de una enfermedad capaz de producir trastornos en el cuerpo y, ayudado<br />
por Breuer, demostró que los histéricos “padecen de reminiscencias”,<br />
abrió, con su concepto de la conversión de lo psíquico en lo somático, una<br />
veta que fue recorrida luego por muchos autores.<br />
Groddeck, de quien Freud tomó el término “ello”, fue quizás el<br />
primero y el más profundo de esos autores. Su concepto del ello como<br />
capacidad generadora de símbolos, entre los cuales se cuenta la enfermedad,<br />
toda enfermedad, fue repetidamente elaborado por Weizsaecker<br />
(1946-1947), para quien así como todo lo psíquico posee una coexistencia<br />
corporal, todo lo corporal, sea enfermedad, forma, función o desarrollo,<br />
posee un sentido psicológico. Usando términos de Freud, diríamos<br />
que dicho sentido constituye un eslabón inconciente que puede “llenar el<br />
hueco” entre dos sucesos concientes aparentemente inconexos, conformando<br />
así una serie psíquica plena de signifi cado.<br />
Partiendo de las ideas de Freud acerca de los fi nes propios, específi cos,<br />
de cada una de las zonas erógenas –entre las cuales pueden contarse “todos<br />
y cada uno de los órganos” y “todo proceso algo importante” (Freud, 1905d,<br />
pág. 818, y 1924c, pág. 1025)–, adquirió forma el concepto de que cada órgano<br />
o proceso, cada parte artifi cialmente segregada del todo que constituye<br />
el hombre, confi gura una fantasía específi ca (<strong>Chiozza</strong>, 1970n [1968]).