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Edición Digital - Fundación Luis Chiozza

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OBRAS COMPLETAS TOMO III 209<br />

En “el moderno Prometeo” constituido por el doctor Frankenstein (Shelley,<br />

1818) podemos asistir a un desenlace que nos permite profundizar en la<br />

comprensión de los aspectos más destructivos del tormento hepático.<br />

El monstruo de “amarilla epidermis” creado por el doctor Frankenstein<br />

–monstruo que según la interpretación de Plata Mujica (1960) constituye<br />

la representación del propio “doble” de Frankenstein– se halla “dominado<br />

por la envidia, la impotencia y la amargura” (Shelley, 1818, pág. 387).<br />

Ante la muerte de su creador manifi esta: “Subiré a mi pira funeraria en<br />

triunfo y gozaré en el dolor que me causen las llamas” (Shelley, 1818, pág.<br />

393), expresando con esto un destino maníaco y masoquista idéntico al de<br />

Heracles, el liberador de Prometeo.<br />

Lo que resulta más interesante para los fi nes que nos proponemos, es la<br />

muerte del doctor Frankenstein, que en la obra es presentado como el moderno<br />

Prometeo y cuya boda incestuosa no se consuma, impedida por el monstruo<br />

que él mismo ha creado 45 . El doctor Frankenstein, que ha dedicado su<br />

vida a perseguir al engendro que constituye su pasión envenenada, no logra<br />

dominarlo y muere, amargado por su fracaso, hundiéndose previamente, “en<br />

un letargo que tiene todo el aspecto de la muerte” (Shelley, 1818, pág. 376).<br />

El letargo (Cesio, 1960a y 1960b), que coincidiría aquí con el fracaso<br />

de la envidia impotente, coartada en su fi n, representaría el grado extremo<br />

de este tormento hepático, encaminándose hacia la muerte dentro de una<br />

atmósfera tóxica surgida de la autólisis de su propio organismo. Esto recuerda<br />

al coma hepático y a la Hidra de Lerna, cuyo aliento fétido “envenenaba<br />

las aguas y secaba los campos” y de la cual se afi rma que “cuando<br />

dormía el aire ponzoñoso que la rodeaba podía ser la muerte de un hombre”<br />

(Borges, 1957b, pág. 87) 46 .<br />

45 Las relaciones entre incesto, melancolía y tormento hepático son tratadas en<br />

otros trabajos (<strong>Chiozza</strong>, 1970a, 1998a [1963-1984]).<br />

46 En la obra de Esquilo (Prometeo encadenado, pág. 38), ante una pregunta de las<br />

Oceánides que desean saber cómo Prometeo enseñó al hombre a enfrentarse con<br />

la muerte, el héroe responde: “Infundiendo en ellos la ciega esperanza”. Este<br />

tema de la esperanza (<strong>Chiozza</strong>, 1998a [1963-1984]) resulta clave en el mito para<br />

comprender algunos aspectos de la estructura melancólica en él representada.<br />

Cuando Prometeo abrió la caja de Pandora surgieron todas las calamidades y en<br />

el fondo sólo quedó la esperanza. En La vuelta de Pandora (Goethe, 1807) se<br />

describen con una belleza conmovedora los sentimientos de Epimeteo (hermano<br />

de Prometeo y representante simbólico de uno de sus aspectos), el torpe soñador<br />

ocioso que abandonado por su mujer, la conserva en el recuerdo doloroso,<br />

melancólico, y encuentra en la esperanza su único consuelo. Epimeteo, quien por<br />

su nombre signifi ca “aquel que refl exiona después de obrar”, el que es incapaz<br />

de retardar la acción en favor del pensamiento, el que es incapaz de esperar,

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