Salinas, P. (2010). - Repositorio Digital - Instituto Politécnico Nacional
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variable en la investigación educativa, valorando sus bondades y limitaciones para el<br />
aprendizaje de las Matemáticas. El acercamiento socioepistemológico ha planteado su<br />
postura con respecto a la graficación de funciones al proponer la necesidad de establecer,<br />
previo al estudio del Cálculo, un isomorfismo entre el lenguaje algebraico y el gráfico<br />
(Cantoral y Farfán, 1998).<br />
Cordero (2001) distingue en la gráfica un elemento que pertenece más al tipo de<br />
herramientas que el hombre ocupa al hacer Matemáticas que a un elemento de la<br />
estructura matemática en sí; en este sentido, no es el construir la representación gráfica<br />
de una función lo que interesa, sino el hacer de la gráfica una forma de argumentación en<br />
sí misma. Como comentan Buendía y Ordoñez (2009), nuevas investigaciones proponen el<br />
uso de gráficas para resignificar situaciones, “pues la graficación, en el seno de la<br />
modelación, ofrece un medio que soporta el desarrollo del razonamiento y la<br />
argumentación” (p. 16).<br />
En el momento de considerar la interacción con el nuevo discurso en el aula, cobran<br />
importancia los aspectos cognitivos. Cordero (2001) argumenta que el estudio del<br />
desarrollo cognitivo se ha ampliado según lo manifiestan las tres fases siguientes. La<br />
primera contempla un enfoque en los procesos intelectuales del individuo, resultado de<br />
las investigaciones clásicas basadas en la teoría de Piaget. La segunda fase cambia el<br />
enfoque hacia aspectos de la cognición social al considerar que los procesos de<br />
pensamiento se someten socialmente y el aprendizaje es un proceso que toma lugar en un<br />
marco de participación (no sólo en la mente del estudiante). En la tercera fase se enfatiza<br />
un enlace entre las restricciones contextuales y la adquisición del conocimiento, esto se<br />
conoce como la acción o cognición situada, donde el lenguaje desempeña un papel crucial<br />
en el proceso social de aprender. La noción de socialización (enculturación) es factor<br />
central en esta perspectiva donde el proceso instruccional se interpreta como proceso de<br />
socialización. Cordero puntualiza que este proceso marca una independencia del<br />
contenido matemático y así no atiende por completo a la problemática fundamental que<br />
ha asumido el acercamiento socioepistemológico al proponer la reconstrucción de<br />
significados como la fuente que posibilita la reorganización de la obra matemática. De<br />
esta manera la dimensión epistemológica desempeña un papel fundamental al proveer<br />
marcos de referencia del contenido matemático para hacer la selección de situaciones<br />
sobre las cuales habrá que articular luego la componente social.<br />
Cordero (2005) denomina “situación de cambio (SC) a aquél fenómeno de variación que<br />
incluye un cambio de una cantidad inicial que, bajo un proceso es transformada en otra,<br />
siendo ésta el valor último en el proceso” (p. 280). Para nuestros fines, la SC estará<br />
organizada por dos aspectos que le son inherentes, la noción de predicción en tanto<br />
práctica social, así como la noción de acumulación como práctica social detonada por la<br />
práctica de predecir (Muñoz, 2006b).<br />
Para la puesta en escena en el aula cabe retomar el papel que juegan las explicaciones<br />
como medio de interacción discursiva en el aula a disposición del profesor o el estudiante<br />
para unir o enlazar las ideas. La explicación es un recurso discursivo que tiende a<br />
comprender una noción o idea, un hecho, objeto o fenómeno, que va más allá de dar una<br />
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