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Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

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No, se acostumbra. Este hecho, dice Wolfe, explica por qué tantas obras que tratan<br />

las cuestiones raciales son best sellers36.<br />

Nadie, por supuesto, está obligado a consumir las historias de los negros que hacen el<br />

amor a las <strong>blancas</strong> (Deep Are the Roots, Strange Fruit, Unele Remus), de blancos que des­<br />

cubren ser negros (Kingsblood Royal, Lost Boundary, Unele Remus), de blancos estran­<br />

gulados por negros (Native Son, I/He Hollers Let Him Go, Unele Remus) [...]. Podemos<br />

empaquetar y exponer a gran escala la grin del negro en nuestra cultura popular como<br />

un cobijo para este masoquismo: la caricia endulza el ataque. Y, como lo demuestra el<br />

Tío Remus, el juego de las razas es aquí, en gran parte, inconsciente. El blanco no es más<br />

consciente de su masoquismo cuando es alegrado por el contenido sutil de la grin este­<br />

reotipada, que el negro lo es de su sadismo cuando convierte el estereotipo en garrote<br />

cultural. Tal vez menos37.<br />

En Estados Unidos, como se ve, el n egro crea historias en las que le es posible<br />

ejercer su agresividad; el inconsciente del blanco justifica y valoriza esa agresividad<br />

dirigiéndola hacia él, reproduciendo así el esquema clásico del masoquismo38.<br />

Podemos ahora plantar un hito. Para la mayoría de los blancos, el negro representa<br />

el instinto sexual (no educado). El n egro encarna la potencia genital por encima<br />

de las morales y las prohibiciones. Las <strong>blancas</strong>, con una auténtica inducción,<br />

perciben regularmente al n egro en la puerta impalpable que conduce al reino de los<br />

Sabats, de las bacanales, a las sensaciones sexuales alucinantes... Hemos mostrado<br />

que lo real resta valor a todas estas creencias. Pero eso me sitúa en el plano de lo<br />

imaginario, en cualquier caso en el de una paralógica. El blanco que atribuye al negro<br />

una influencia maléfica sufre una regresión sobre el plano intelectual, pues hemos<br />

mostrado que lo percibe con la edad mental de ocho años (cuentos ilustrados...).<br />

¿No concurren regresión y fijación en las fases pregenitales de la evolución<br />

sexual? ¿Autocastración? (Al negro se le aprehende con un miembro pavoroso). ¿Se<br />

explica la pasividad por el reconocimiento de la superioridad del negro en términos<br />

de virilidad sexual? Vemos cuántas preguntas sería interesante plantearse. Hay<br />

36 Véanse también las numerosas películas <strong>negra</strong>s de los diez últimos años. Sin embargo, los productores<br />

son todos blancos.<br />

37 Bernard Wolfe, «L’Oncle Rémus et son Lapin», cit.<br />

38 En Estados Unidos, cuando se reclama la emancipación de los negros, es habitual oir decir: «no<br />

esperan sino esa oportunidad para lanzarse sobre nuestras mujeres». Como el blanco se comporta de<br />

una forma insultante hacia el negro, se da cuenta de que, si estuviera en el lugar del negro, no tendría<br />

ninguna piedad con sus opresores. Así, no es sorprendente verle identificarse con el negro: orquestas<br />

hot <strong>blancas</strong>, cantantes de blues, de espirituales, escritores blancos redactando novelas en las que el<br />

protagonista negro formula sus quejas, blancos embadurnados de negro.<br />

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