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Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

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na y la dialéctica del reconocimiento hegeliana. La apuesta adleriana fracasa debido<br />

a la fuerza superestructural del Hombre Blanco, bajo el cual los hombres de color, tal<br />

y como hemos visto en el proyecto varonil de Fanón, encuentran la igualdad entre<br />

ellos bajo el Blanco. De este modo, cabe preguntarse si el estatus subordinado del negro<br />

puede conducir a una dinámica de reconocimiento. Fanón aborda el tratamiento<br />

heurístico clásico de Hegel del sujeto en su F enom enología d el espíritu, que formula<br />

el asunto en términos de una lucha por el reconocimiento entre un hipotético<br />

Señor y un hipotético Siervo. Hegel argumenta que el ser humano se diferencia de la<br />

naturaleza por su capacidad para hacer lo que le place. Cuando se encuentra con<br />

otro ser humano, el proyecto queda limitado por la voluntad de aquél de hacer lo<br />

mismo. En la lucha que sigue y debido al miedo a la muerte, uno se rinde y a cambio<br />

de su vida, es forzado a servir al victorioso, que se convierte, en virtud de dicho reconocimiento,<br />

en su Señor. El sirviente o siervo sirve al Señor trabajando con la naturaleza,<br />

lo que le devuelve la comprensión de su diferencia de aquélla y su capacidad<br />

para hacerse cargo de sí mismo y del Señor. Este, por otra parte, se vuelve<br />

indolente y dependiente del sirviente, especialmente para su reconocimiento como<br />

Señor. Fanón no se refiere al tratamiento del tema por parte Hegel en su Filosofía del<br />

Derecho, donde emerge la eliminación del dominio en una nueva era de igualdad, libertad<br />

y reconocimiento mutuo. ¿Una promesa de reconocimiento mutuo nacida de<br />

la miserable historia de la esclavitud de los negros} Fanón no lo cree posible, dado<br />

que ni el Amo hegeliano ni el Hombre Blanco estructural desean un reconocimiento<br />

por parte del negro; cada uno quiere trabajo y cuerpos, tal y como hemos visto en los<br />

numerosos eclipses del negro, sin puntos de vista36.<br />

En este caso podemos comprender asimismo por qué fracasa cualquier articulación<br />

teórica de la condición del n egro sobre la base del yo-otro, pues presupone la<br />

sutil simetría de la «alteridad». Las relaciones entre el blanco y el negro son tales<br />

que los negros luchan por conseguir la alteridad: se trata de una contienda p or lograr<br />

que em erja lo ético. Así, esta circunstancia va aparejada a las realizaciones de lo<br />

político. Fanón termina F iel <strong>negra</strong>, <strong>máscaras</strong> <strong>blancas</strong>, por lo tanto, política y existencialmente.<br />

Políticamente, imagina lo que posteriormente se conoció como la Belo-<br />

v ed C om m unity [Amada Comunidad] de Martin Luther Kíng Jr., donde todos juntan<br />

las manos y cantan «libres por fin» pero a través del muy distinto y tortuoso<br />

camino de una lucha majestuosa y violenta. El mensaje de los fracasos, por lo tanto,<br />

es sistémico: el sistema moderno de diferenciación humana es tal que en sí mismo<br />

no contiene los recursos para la salvación humana. Afirmar que el sistema en sí<br />

mismo debe ser atacado es un llamamiento revolucionario; es un llamamiento a pe­<br />

36 Para un debate sobre los cuerpos sin puntos de vista, véase Lewis R. Gordon, Bad Faith and An-<br />

tiblack Racism, cit., capítulos 14-16.<br />

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