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Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

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los simios a través del símbolo mediador de la harina de plátano. Según sugiere la<br />

campaña publicitaria, sólo un negro africano (mejor dicho, un senegalés, supuestamente<br />

el más salvaje de todos), puede realmente apreciar la calidad del cereal de harina<br />

de plátano24.<br />

La lucha es casi prometeica. Se trata de una lucha entre fuerzas que no son fácilmente<br />

identificables; ¿cómo puede ser que la mera invocación del n egro se sirva de<br />

dichas fuerzas y lo paralice de ese modo? Esta situación quizá pueda explicarse<br />

mediante una exploración del cuerpo, aspecto de Fanón que fue apartado y reconstruido<br />

como una «cosa» sobredeterminada.<br />

En primer lugar, Fanón observa que a pesar de que quiera reírse, no puede, y no<br />

lo consigue hasta que se arriesga a sufrir algún daño al insultar a la madre del niño,<br />

una mujer blanca («¡Bésele el culo a un negro, señora!»). Sólo entonces puede reírse<br />

y avanzar hasta poder evaluar su situación utilizando la Razón: «Yo, personalmente,<br />

diría que para un hombre que no tiene otra arma que la razón, no hay nada más neurótico<br />

que el contacto con lo irracional. Sentí nacer en mí hojas de cuchillo. Tome la<br />

decisión de defenderme. Como buen táctico, quise racionalizar el mundo, mostrarle<br />

al blanco que estaba equivocado» (p. 117, Pn 95/55 118). Pero pronto descubre que<br />

la Razón tiene sus limitaciones: «La razón se aseguraba la victoria sobre todos los<br />

planos. Me reintegraba entre los congregados. Pero tuve que desengañarme. La victoria<br />

jugaba al gato y al ratón; se burlaba de mí. Como decía el otro, cuando estoy<br />

allí, ella no está, cuando ella está yo ya no estoy» (p. 117, Pn 96/BS 119-120). Fanón<br />

cita a científicos de organizaciones progresistas como la Organización Mundial de la<br />

Salud que defienden científicam ente las jerarquías racistas. Este racismo científico<br />

constituía una antinomia para la razón antirracista, similar a los juicios a los que se<br />

enfrentaba con resistencia filosófica. Lo mismo podría decirse de la Historia. Aunque<br />

los negros viven en la Historia, parecen invisibles a ésta; los negros parecen ser,<br />

por decirlo con Hegel, patentemente no históricos. Contra la Historia y la Razón, Fanón<br />

ensaya la resistencia poética, resistencia en el nivel de los afectos. ¿Qué Pastor le<br />

conducirá a la salvación? La négritude* de Césaire y Senghor.<br />

El encuentro con esta corriente revela una dimensión curiosa del relato. La experiencia<br />

de Fanón con la n égritude es en realidad anterior a la que aparece en el capítulo,<br />

puesto que tuvo su primer contacto con el movimiento a los diecisiete años,<br />

24 Para el debate sobre el producto «Banania», véase Jan Nederveen Pieterse, W hite on Black.<br />

Im ages o f Africa and Blacks in W estern Popular Culture, New Haven y Londres, Yale University Press,<br />

1992, p p . 162-163.<br />

* Hemos optado por diferenciar entre la «negritud», que alude al simple hecho de ser negro, y la n égritude,<br />

corriente literaria que reunía a escritores negros francófonos y que pretende reivindicar la identidad<br />

<strong>negra</strong> y su cultura, en primer lugar frente a la cultura francesa dominante y opresora. [N. de la T.]<br />

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