13.05.2013 Views

Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

na/congoleña, den lugar, en términos estrictamente biológicos, a experiencias subjetivas<br />

que resultan diametralmente opuestas? Stan Franklin señala que qualia es el<br />

término empleado para denominar los aspectos cualitativos de nuestros estados<br />

mentales tales como las sensaciones de color, el sabor del chocolate, el placer y el<br />

dolor (Franklin, 1995, p. 32) y, por lo tanto, las sensaciones adversas que corresponden<br />

al horror. Entonces, ¿por qué los congoleños que todavía son culturalmente<br />

autocéntricos experimentan el color negro de su propia piel y el color blanco de<br />

la piel de los europeos de acuerdo con términos que se oponen binariamente al<br />

modo en que los experimentan los europeos que gritan «sucio negro [nigger]»?<br />

¿Por qué los negros experimentan/experimentamos adversamente su/nuestra propia<br />

fisonomía y color de piel? ¿Podrían atribuirse las sensaciones adversas correspondientes<br />

al horror (es decir, los estados mentales cualitativos específicos) que experimentan<br />

los congoleños ante la visión de la piel blanca y de la fisonomía<br />

caucásica únicamente a la repulsión genético-instintiva que sienten ante unas personas<br />

cuya apariencia fisonómica difiere tan notablemente de la suya, y viceversa? Si<br />

esto es así, ¿cómo se explica el crucial papel simbólico que cumple la monstruosidad<br />

sagrada, y anómala en grado extremo, que recae sobre los albinos congoleños,<br />

dentro de los términos de una cultura todavía autocéntrica y tradicional como la<br />

suya13, a cuya categoría cultural de anomalía patológica -una categoría a cuyos<br />

miembros, como nos dice asimismo Teruel, «los miraban como si se tratase de auténticos<br />

monstruos»- fueron asimilados los europeos de piel igualmente blanca?<br />

¿No nos enfrentamos aquí al hecho de que ello responde precisamente, como manifiestan<br />

ahora los estudios etnográficos, a que en la constelación cultural de los<br />

congoleños tradicionales la figura del albino jugaba un papel arquetípico paralelo,<br />

dentro de los términos religiosos politeístas característicos de las sociales agrarias,<br />

tal y como apunta Fanón (epígrafe 2), al que juega la figura del «negro» en nuestra<br />

actual «constelación cultural» estrictamente secular? En la actualidad, el «negro» es<br />

el homólogo de la «línea fronteriza» del ser normal, y en tanto que tal, dentro de<br />

nuestra concepción biocéntrica, la «expresión de los malos instintos», del «salvaje<br />

incivilizado» que amenaza con desbordar a los sujetos «normales», «blancos» y de<br />

clase media pertenecientes a nuestro orden contemporáneo.<br />

¿No estamos tratando en ambos casos con dos sistemas opiáceos culturalmente<br />

programados diferentes, con dos conceptos d e s í m im o de los cuales estos no representan<br />

sino una función? ¿De que otro modo explicaríamos si no que, en el caso de<br />

los qualia sensoriales correspondientes al grito de « ¡ sucio negro [nigger] !», no sólo<br />

las personas occidentales experimenten subjetivamente la misma respuesta adversa,<br />

sino que lo hagan igualmente, tal y como apunta Fanón, las personas <strong>negra</strong>s que he­<br />

13 Véase Georges Balandier, op. cit., 217-219.<br />

356

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!