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Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

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ción externa con la psicología adleriana. El martinicano no se compara con el blanco,<br />

considerado como el padre, el jefe, Dios, sino que se compara con su semejante bajo el<br />

patrocinio del blanco. Una comparación adleriana se esquematiza de la forma siguiente:<br />

Yo más grande que el Otro.<br />

La comparación antillana, por el contrario, se presenta de esta forma:<br />

Blanco<br />

Yo diferente del Otro<br />

La comparación adleriana comporta dos términos; se polariza por el yo.<br />

La comparación antillana se corona con un tercer término: la ficción directora<br />

no es personal, sino social.<br />

El martinicano es un crucificado. El medio que le ha hecho (pero que no ha hecho)<br />

lo ha descuartizado horriblemente; y este medio cultural, él lo mantiene con su<br />

sangre y sus humores. Pues la sangre del n egro es un abono que los conocedores<br />

aprecian mucho.<br />

Adlerianamente, tras haber constatado que mi compañero, en su sueño, realiza<br />

el deseo de blanquearse, es decir, de ser viril, yo le revelaré entonces que su neurosis,*su<br />

inestabilidad psíquica, la quiebra de su yo proceden de esta ficción directora,<br />

y le diré: «Mannoni ha descrito muy bien ese fenómeno en el malgache. Verás, es<br />

necesario, creo, que aceptes quedarte en el lugar que te han asignado».<br />

¡Pues, no! ¡No diré nunca eso! Le diré: los culpables de tu engaño son el medio,<br />

la sociedad. Dicho esto, el resto vendrá solo, y ya sabemos de lo que se trata.<br />

Del fin del mundo, puñetas.<br />

A veces me pregunto si los inspectores de enseñanza y los jefes de servicio son<br />

conscientes de su papel en las colonias. Durante veinte años, se empeñan, con sus<br />

programas, en hacer del negro un blanco. Al final lo sueltan y le dicen: Indudablemente,<br />

usted tiene un complejo de dependencia frente al blanco.<br />

B. El negro y Hegel<br />

La conciencia de sí es en sí y para sí cuando y porque es en sí y para sí para otra conciencia<br />

de sí; es decir que ella no es en tanto no es reconocida10.<br />

10 G. W. F. Hegel, P hanom enologie des Geistes, Berlín, 1807 [ed. francesa: La p h én om én ologie de<br />

l’esprit, París, Aubier Montaigne, 1941, p. 155].<br />

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