13.05.2013 Views

Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Para Rousseau:<br />

Ésta es la última etapa de la desigualdad, y el extremo que cierra el círculo y nos sitúa<br />

en el punto de partida. En esta situación todos los individuos de nuevo son iguales pues­<br />

to que no son nada, ahora los sujetos ya no tienen leyes sino que están sometidos a la vo­<br />

luntad del amo, no a su ley sino a sus pasiones, donde las nociones del bien y de los principios<br />

de la justicia se desvanecen una vez más.<br />

El despotismo, recalca Rousseau, erosiona las bases del individualismo reduciendo<br />

al sujeto a la «nada». La última fase de la desigualdad es la del amo y los esclavos.<br />

Aunque el despotismo parece devolver a los sujetos a un nuevo estado de naturaleza<br />

sin diferencias entre ellos, la distancia entre el estado natural y el civil es en realidad<br />

«inmensa». La reflexión teórica sobre la diferencia entre el estado natural y el<br />

civil puede confirmarse, según Rousseau, mediante la observación. Aunque no podamos<br />

observar el estado de naturaleza, sí tenemos acceso a la vida salvaje, que es su<br />

fase más cercana. La confirmación empírica de la distancia entre el estado natural y<br />

el civil se basa en las diferencias entre el «hombre salvaje» y el «hombre civilizado»:<br />

El hombre salvaje y el hombre civilizado son tan distintos en el fondo de sus corazo­<br />

nes e inclinaciones que lo que para uno supone la suprema felicidad conduciría al otro a<br />

la más absoluta desesperación; el hombre salvaje no respira sin paz y libertad; desea vivir<br />

y permanecer ocioso [...] El hombre civilizado, por el contrario, al estar siempre activo,<br />

sudoroso y sin descanso, se atormenta interminablemente en busca de más ocupaciones<br />

[...] ¡Menudo espectáculo serían para el caribeño los ardorosos y entregados trabajos de un<br />

Ministro europeo! Esta es, de hecho, la verdadera causa de todas estas diferencias: el sal­<br />

vaje vive consigo mismo; el hombre social vive siempre fuera de sí mismo; sólo sabe<br />

cómo vivir en la opinión de los demás, y sólo extrae de éstos el sentido de su propia existencia<br />

(cursivas de N. Maldonado-Torres).<br />

Sólo hay un conjunto de acontecimientos que podrían acabar con este orden de<br />

cosas: las nuevas revoluciones que «disuelvan todo el gobierno o le devuelvan su legitimidad».<br />

Por mucho que Rousseau criticase la Ilustración su verdadero enemigo<br />

era el despotismo. En su Contrato social basa las formas legítimas de gobierno no en<br />

el modo en que el pueblo elige a un rey (pues este tema ya lo exploró en D iscurso sobre<br />

e l origen y los fundam entos d e la desigualdad), sino en la manera en que el pueblo<br />

se convierte en pueblo. En el Contrato social pretende proponer un fundamento<br />

para una forma de legitimidad diferente a la que se deriva de las artimañas de los<br />

ricos, tal y como aparece en el D iscurso. Por lo tanto, no defiende ni una vuelta al estado<br />

de naturaleza, ni el excesivo valor concedido por la Ilustración al individualis­<br />

294

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!