13.05.2013 Views

Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

estamos integrados en virtud de los altos niveles de similitud genética que posibilitan<br />

la cohesión social en el caso de aquellos. Si bien los insectos sociales son capaces<br />

de desarrollar comportamientos altruistas dirigidos hacia los miembros de su propio<br />

grupo (existiendo algunos estamentos que pueden llegar a renunciar a sus propias<br />

posibilidades de reproducción, como en el caso representado por las castas estériles,<br />

con el fin de cumplir con las labores que posibilitarán la reproducción del conjunto,<br />

encarnado por la reina en el caso de las abejas), el alto grado de similitud genética<br />

que existe en su caso proporciona las garantías necesarias de que sus<br />

hermanos transmitirán su propia información genética. No puede decirse lo mismo<br />

en el caso de los humanos. Los humanos, al igual que el resto de los miembros de la<br />

familia de los primates, siguieron una senda evolutiva diferente, algo que les llevó a<br />

alcanzar altas cotas de individuación genética y, en consecuencia, a alcanzar también<br />

altas cotas de competitividad reproductiva. Al mismo tiempo, la arrolladora<br />

evolución del cerebro humano discurrió en paralelo con su tendencia al bipedismo;<br />

la posición erguida hizo necesario que el nacimiento de sus pequeños se produjera<br />

de manera más prematura, y su prolongado estado de indefensión hacía que ahora<br />

resultase imprescindible un modo cooperativo de cría y, por lo tanto, un modo de<br />

eusocialidad que iba más allá de los límites establecidos por los modos de parentesco<br />

genéticamente determinados propios de la familia de los primates (Campbell,<br />

1972, pp. 21-23; 1988, pp. 31-32). Los modos de eusocialidad programados genéticamente<br />

característicos del resto de las formas de vida orgánica se demostraron insuficientes<br />

en el caso específico de la especie humana.<br />

Dentro del mismo contexto, el lingüista Philip Lieberman plantearía asimismo la<br />

idea de que la evolución de la capacidad humana para el lenguaje se produjo con el<br />

fin de proporcionar una respuesta ante la necesidad de un tipo de comportamientos<br />

desinteresados más inclusivo, el cual resultaba indispensable con respecto a los modos<br />

humanos de eusocialidad. Mientras que, en el plano genético-instintivo, los humanos<br />

únicamente son capaces de responder de manera altruista ante aquellos individuos<br />

que están inscritos dentro los estrechos límites de su círculo de parentesco<br />

genético, en el plano del lenguaje, estos mismos sujetos pueden verse inducidos a<br />

desplegar, a través de las palabras y de los significados, un modo de altruismo más<br />

generalizado e inclusivo (Lieberman, 1991, pp. 166-172). Es decir, pueden verse incitados<br />

a desplegar una respuesta altruista ante aquellos individuos que han llegado<br />

a ser semejantes a ellos artificialm ente a través de los procesos institucionales de socialización<br />

por medio de los cuales, como sujetos clonados, al participar todos ellos<br />

del mismo orden de conciencia cifrado simbólicamente e instituido sobre los mismos<br />

principios sociogénicos y los mismos códigos de «falsa» semejanza que rigen<br />

cada cultura, podían en estos momentos experimentarse a sí mismos subjetivamente<br />

en tanto que parientes culturalmente codefinidos, coespecíficos o simbólicos. Al<br />

349

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!