Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS<br />
____________________________________________________________________________________<br />
la razón a su hermano no es cosa que la sujeto sienta sólo en sus <strong>sueños</strong>, sino que<br />
constituye el secreto <strong>de</strong> su vida y el motivo <strong>de</strong> su enfermedad.<br />
He aquí otro sueño, soñado e interpretado por un médico (August Stärcke), y en el<br />
que a primera vista parece imposible hallar realización alguna <strong>de</strong> <strong>de</strong>seo: «En la última<br />
falange <strong>de</strong> mi <strong>de</strong>do índice advierto una lesión sifilítica primaria.» <strong>La</strong> claridad y coherencia<br />
<strong>de</strong> este sueño, cuyo único interrogante es lo in<strong>de</strong>seado <strong>de</strong> su contenido, pudieran inducirnos<br />
a no someterlo a una <strong>interpretación</strong> aparentemente innecesaria. Pero si no tememos <strong>de</strong>dicar<br />
algún trabajo al análisis, hallaremos que «lesión primaria» (en alemán, primäraffekt) pue<strong>de</strong><br />
equipararse a prima afectio (primer amor) y que la repugnante úlcera vista en el sueño<br />
revela representar, según palabras <strong>de</strong>l mismo Stärcke, «realizaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos cargadas <strong>de</strong><br />
intenso afecto.» El segundo <strong>de</strong> <strong>los</strong> factores a que antes aludimos como motivadores <strong>de</strong> estos<br />
<strong>sueños</strong> negativos <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos es tan evi<strong>de</strong>nte, que, como suce<strong>de</strong> con las cosas que más a la<br />
vista se hallan, corre el peligro <strong>de</strong> que no lo advirtamos, y éste ha sido, en efecto, mi caso<br />
durante mucho tiempo. En la constitución sexual <strong>de</strong> muchos hombres existe un componente<br />
masoquista, surgido por la transformación en su contrario <strong>de</strong> <strong>los</strong> componentes agresivos<br />
sadistas. A estos hombres <strong>los</strong> <strong>de</strong>nominamos masoquistas mentales cuando no buscan el<br />
placer en el dolor físico que se les causa, sino en las humillaciones y torturas espirituales.<br />
Claramente se ve, sin necesidad <strong>de</strong> más amplias explicaciones, que estas personas<br />
pue<strong>de</strong>n tener <strong>sueños</strong> negativos y displacientes, sin que <strong>los</strong> mismos sean en el<strong>los</strong> otra cosa<br />
que realizaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos y la satisfacción <strong>de</strong> sus inclinaciones masoquistas. He aquí uno<br />
<strong>de</strong> estos <strong>sueños</strong>: Un joven, que en años anteriores había atormentado mucho a su hermano,<br />
hacia el que sentía una secreta inclinación homosexual, tiene, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> pasar por una<br />
radical transformación <strong>de</strong> carácter, el sueño siguiente, compuesto <strong>de</strong> tres partes: I. Su<br />
hermano mayor le «hace rabiar». II. Dos adultos coquetean entre sí con propósitos<br />
homosexuales. III. Su hermano ha vendido la empresa, cuya dirección se reservaba él para<br />
su porvenir. Después <strong>de</strong> este último fragmento onírico <strong>de</strong>spierta, presa <strong>de</strong> <strong>los</strong> más penosos<br />
sentimientos. Sin embargo, su sueño no es sino una realización <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> carácter<br />
masoquista, y podríamos interpretarlo por las i<strong>de</strong>as siguientes: «Me estaría muy bien<br />
empleado que mi hermano realizara ahora esa venta, en la que salgo perjudicado, para<br />
castigarme por lo mucho que antes le atormenté.» Espero que <strong>los</strong> ejemp<strong>los</strong> y reflexiones<br />
que antece<strong>de</strong>n bastarán para mostrar -hasta nuevas objeciones- la posibilidad <strong>de</strong> interpretar<br />
también <strong>los</strong> <strong>sueños</strong> penosos como realizaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos. De todos modos, habré <strong>de</strong><br />
volver más a<strong>de</strong>lante sobre este tema <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sueños</strong> displacientes. Creo asimismo que<br />
tampoco podrá ya nadie consi<strong>de</strong>rar como una casualidad el hecho <strong>de</strong> que en la<br />
<strong>interpretación</strong> <strong>de</strong> estos <strong>sueños</strong> lleguemos siempre a temas <strong>de</strong> <strong>los</strong> que no hablamos sino a<br />
disgusto o en <strong>los</strong> que nos es <strong>de</strong>sagradable pensar.<br />
El penoso sentimiento que tales <strong>sueños</strong> <strong>de</strong>spiertan es sencillamente idéntico a la<br />
repugnancias que tien<strong>de</strong> a apartarnos -con éxito casi siempre- <strong>de</strong> la reflexión o discusión<br />
sobre tales temas, y que todos y cada uno <strong>de</strong> nosotros hemos <strong>de</strong> vencer cuando nos vemos<br />
obligados a empren<strong>de</strong>r una tal labor. Este sentimiento <strong>de</strong> displacer, que retorna en el sueño,<br />
no excluye, sin embargo, la persistencia <strong>de</strong> un <strong>de</strong>seo. Todo hombre abriga <strong>de</strong>seos que no<br />
quisiera comunicar a <strong>los</strong> <strong>de</strong>más, y otros que ni aun quisiera confesarse a sí mismo. Por otra<br />
parte, creemos justificado enlazar el carácter displaciente <strong>de</strong> todos estos <strong>sueños</strong> al hecho <strong>de</strong><br />
102