Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
SIGMUND FREUD<br />
____________________________________________________________________________________<br />
vida diurna, haber continuado en actividad <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ser rechazadas por ella y, sin que<br />
nuestra conciencia lo haya advertido, llegar a término antes <strong>de</strong> conciliar el sujeto el reposo.<br />
Si <strong>de</strong> este estado <strong>de</strong> cosas hemos <strong>de</strong> <strong>de</strong>ducir alguna conclusión, será, por lo <strong>de</strong>más, la<br />
prueba <strong>de</strong> que nos es posible <strong>de</strong>sarrollar las más complicadas funciones intelectuales sin<br />
intervención ninguna <strong>de</strong> la conciencia, cosa que cualquier psicoanálisis <strong>de</strong> un histérico o <strong>de</strong><br />
una persona con representaciones obsesivas tenía que <strong>de</strong>mostrarnos igualmente.<br />
Pero estas i<strong>de</strong>as latentes no son <strong>de</strong> por sí incapaces <strong>de</strong> conciencia, y si no han<br />
llegado a ella durante el día, ha sido por impedírselo diversas circunstancias. El acceso a la<br />
conciencia se halla enlazado con la atracción <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminada función psíquica -la atención-,<br />
la cual sólo es gastada, según parece, en cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>terminadas, que en estos casos<br />
aparecerán <strong>de</strong>sviadas <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> referencia. Tales series <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as pue<strong>de</strong>n también ser<br />
sustraídas a la conciencia en la siguiente forma: por el ejemplo <strong>de</strong> nuestra reflexión<br />
consciente sabemos que con una <strong>de</strong>terminada aplicación <strong>de</strong> la atención po<strong>de</strong>mos recorrer<br />
cierto camino. Si por este camino llegamos a una representación que no soporta la crítica,<br />
lo interrumpiremos y suprimiremos la carga psíquica <strong>de</strong> la atención. Parece ser que la serie<br />
<strong>de</strong> i<strong>de</strong>as comenzada y abandonada pue<strong>de</strong> entonces continuar <strong>de</strong>sarrollándose sin que la<br />
atención vuelva a recaer sobre ella, a menos que alcance una intensidad particularmente<br />
elevada. Una repulsa inicial, quizá consciente <strong>de</strong>l acto mental, fundada en el juicio <strong>de</strong> que<br />
dicho acto es inexacto o ina<strong>de</strong>cuado al fin que perseguimos, pue<strong>de</strong> ser causa <strong>de</strong> que dicho<br />
proceso mental continúe <strong>de</strong>sarrollándose inadvertido por la conciencia hasta el momento <strong>de</strong><br />
conciliar el reposo.<br />
Estos procesos mentales son <strong>los</strong> que <strong>de</strong>nominamos «preconscientes», y <strong>los</strong><br />
consi<strong>de</strong>ramos como perfectamente correctos, pudiendo ser tanto procesos simplemente<br />
<strong>de</strong>scuidados como otros rechazados e interrumpidos. Expondremos ahora en qué forma nos<br />
imaginamos el curso <strong>de</strong> las representaciones. Creemos que <strong>de</strong>terminada magnitud <strong>de</strong><br />
excitación, a la que damos el nombre <strong>de</strong> energía <strong>de</strong> carga psíquica, es <strong>de</strong>splazada partiendo<br />
<strong>de</strong> una representación final a lo largo <strong>de</strong>l camino asociativo elegido por esta representación.<br />
Un proceso mental <strong>de</strong>scuidado no ha recibido tal carga, y <strong>los</strong> reprimidos o rechazados han<br />
sido <strong>de</strong>spojados <strong>de</strong> ella, quedándoles así únicamente sus propias excitaciones. El proceso<br />
mental provisto <strong>de</strong> un fin llega a ser susceptible, bajo <strong>de</strong>terminadas condiciones, <strong>de</strong> atraer<br />
sobre sí la atención <strong>de</strong> la conciencia y recibe entonces por su mediación una «sobrecarga».<br />
Más a<strong>de</strong>lante expondremos nuestras hipótesis sobre la naturaleza y la función <strong>de</strong> la<br />
conciencia. Un proceso mental iniciado <strong>de</strong> este modo en lo preconsciente pue<strong>de</strong> extinguirse<br />
espontáneamente o conservarse. El primer caso nos lo representamos suponiendo que su<br />
energía se difun<strong>de</strong> por todas las direcciones asociativas que <strong>de</strong> ella emanan, provocando en<br />
toda la concatenación <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as un estado <strong>de</strong> excitación que se mantiene durante algún<br />
tiempo, pero que <strong>de</strong>spués queda suprimido por la transformación <strong>de</strong> la excitación<br />
necesitada <strong>de</strong> <strong>de</strong>rivación en una carga en reposo. Si esto suce<strong>de</strong>, el proceso carecerá ya <strong>de</strong><br />
toda significación para la formación <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sueños</strong>. Pero en nuestro preconsciente acechan<br />
otras representaciones finales emanadas <strong>de</strong> nuestros <strong>de</strong>seos inconscientes y continuamente<br />
en actividad. Estas representaciones se apo<strong>de</strong>ran entonces <strong>de</strong> la excitación <strong>de</strong>l círculo <strong>de</strong><br />
i<strong>de</strong>as abandonadas a sí mismo, lo enlazan al <strong>de</strong>seo inconsciente y le transfieren la energía<br />
<strong>de</strong> este último, resultando que, a partir <strong>de</strong> este momento, el proceso mental, <strong>de</strong>satendido o<br />
reprimido, se halla en estado <strong>de</strong> conservarse, aunque no recibe por este refuerzo <strong>de</strong>recho<br />
347