Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
SIGMUND FREUD<br />
____________________________________________________________________________________<br />
invadió al pisar por vez primera su suelo la interpreté como garantía <strong>de</strong> que también se me<br />
lograrían otros <strong>de</strong>seos.<br />
El preguntar el camino es una alusión directa a Roma, pues conocido es que «todos<br />
<strong>los</strong> caminos llevan a Roma». El nombre Zucker (azúcar) alu<strong>de</strong> nuevamente a Karlsbad,<br />
balneario al que mandamos <strong>los</strong> médicos a nuestros enfermos <strong>de</strong> diabetes, que es una<br />
enfermedad constitucional. <strong>La</strong> ocasión <strong>de</strong> este sueño fue la proposición que mi amigo <strong>de</strong><br />
Berlín , me había dirigido <strong>de</strong> reunirnos en Praga, aprovechando las fiestas <strong>de</strong> Semana<br />
Santa. De <strong>los</strong> temas que con él pensaba tratar surgen nuevas relaciones con el azúcar y la<br />
diabetes. Un cuarto sueño, muy próximo al que antece<strong>de</strong>, me traslada <strong>de</strong> nuevo a Roma.<br />
Estoy ante una esquina y me admira el gran número <strong>de</strong> anuncios y carteles alemanes en ella<br />
fijados. El día antes había escrito -con profética visión- a mi amigo que Praga no <strong>de</strong>bía ser<br />
una resi<strong>de</strong>ncia muy agradable para dos viajeros alemanes. Así, pues, mi sueño expresaba al<br />
mismo tiempo el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> reunirme con mi amigo en Roma y no en una ciudad bohemia, y<br />
el <strong>de</strong> que en Praga se observase una mayor tolerancia con respecto al uso <strong>de</strong>l alemán, <strong>de</strong>seo<br />
este último que procedía sin duda <strong>de</strong> mis tiempos <strong>de</strong> estudiante. Por otro lado, recuerdo que<br />
en <strong>los</strong> tres primeros años <strong>de</strong> vida <strong>de</strong>bí <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r el checo, pues he nacido en un pueblo<br />
<strong>de</strong> Moravia cuya población era eslava en su mayoría. Unos versos infantiles checos que oí<br />
teniendo diecisiete años se grabaron tan fácilmente en mi memoria, que todavía puedo<br />
repetir<strong>los</strong> <strong>de</strong> corrido, a pesar <strong>de</strong> no tener la menor i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> su significación. Vemos, pues,<br />
que tampoco estos <strong>sueños</strong> carecen <strong>de</strong> múltiples relaciones con impresiones <strong>de</strong> mis primeros<br />
años infantiles.<br />
Durante mi último viaje por Italia, en el que visité, entre otros lugares, el lago<br />
Trasimeno, se me reveló, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber llegado hasta el Tíber y haber tenido que<br />
empren<strong>de</strong>r, contra mi <strong>de</strong>seo, el regreso, hallándome a ochenta kilómetros <strong>de</strong> Roma, el<br />
refuerzo que a mi anhelo <strong>de</strong> la Ciudad Eterna proporcionaban <strong>de</strong>terminadas impresiones <strong>de</strong><br />
mi infancia. Maduraba por aquel<strong>los</strong> días el plan <strong>de</strong> ir a Nápoles al siguiente año, sin<br />
<strong>de</strong>tenerme en Roma, cuando recordé una frase que <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> haber leído en alguno <strong>de</strong><br />
nuestros clásicos: «No pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cidirse quién hubo <strong>de</strong> pasear más febrilmente arriba y abajo<br />
por su cuarto <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber hecho el plan <strong>de</strong> marchar hacia Roma, si Aníbal o el rector<br />
Winckelmann.» En mi viaje había yo seguido las huellas <strong>de</strong> Aníbal; como a él, me había<br />
sido imposible llegar a Roma y había tenido que retroce<strong>de</strong>r hasta Campania. Aníbal, con<br />
quien me hallaba ahora estas analogías, fue mi héroe favorito durante mis años <strong>de</strong> Instituto,<br />
y al estudiar las guerras púnicas, todas mis simpatías fueron para <strong>los</strong> cartagineses y no para<br />
<strong>los</strong> romanos. Más a<strong>de</strong>lante, cuando en las clases superiores fui comprendiendo las<br />
consecuencias <strong>de</strong> pertenecer a una raza extraña al país en que se ha nacido, y me vi en la<br />
necesidad <strong>de</strong> adoptar una actitud ante las ten<strong>de</strong>ncias antisemitas <strong>de</strong> mis compañeros, se hizo<br />
aún más gran<strong>de</strong> ante mis ojos la figura <strong>de</strong>l guerrero semita. Aníbal y Roma simbolizaron<br />
para mí, respectivamente, la tenacidad <strong>de</strong>l pueblo judío y la organización <strong>de</strong> la Iglesia<br />
católica. <strong>La</strong> importancia que el movimiento antisemita ha adquirido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces para<br />
nuestra vida espiritual contribuyó a la fijación <strong>de</strong> <strong>los</strong> pensamientos y sentimientos <strong>de</strong><br />
aquella época. El <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> ir a Roma llegó <strong>de</strong> este modo a convertirse, con respecto a mi<br />
vida onírica, en encubridor y símbolo <strong>de</strong> otros varios, para cuya realización <strong>de</strong>bía laborar<br />
con toda la tenacidad y resistencia <strong>de</strong>l gran Aníbal, y cuyo cumplimiento parece a veces tan<br />
121