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SIGMUND FREUD<br />
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Binz (pág. 33), refiriéndose a la teoría onírica que <strong>de</strong> estas observaciones se <strong>de</strong>duce,<br />
escribe: «De diez <strong>sueños</strong>, nueve por lo menos presentan un contenido absurdo. Enlazamos<br />
en el<strong>los</strong> objetos y personas que carecen <strong>de</strong> toda relación. Mas al cabo <strong>de</strong> un instante, la<br />
agrupación establecida se transforma por completo, como en un calidoscopio, haciéndose<br />
quizá aún más disparatada, y este cambiante juego es continuado por el cerebro,<br />
incompletamente dormido, hasta que <strong>de</strong>spertamos, nos pasamos la mano por la frente y nos<br />
preguntamos si realmente poseemos todavía la capacidad <strong>de</strong> representación e intelección<br />
racionales» Maury (pág. 50) refleja la relación <strong>de</strong> las imágenes oníricas con <strong>los</strong><br />
pensamientos <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>spierta en una comparación muy impresionante para <strong>los</strong><br />
médicos: <strong>La</strong> production <strong>de</strong> ces images que chez l'homme éveillé fait le plus souvent naître<br />
la volonté, correspond, pour l'intelligence, à ce que sont pour la motilité certains<br />
mouvements que nous offrent la chorée et les affections paralytiques. Por lo <strong>de</strong>más, se da<br />
en el sueño toute una série <strong>de</strong> dégradations <strong>de</strong> la faculté pensante et raisonnante. No<br />
creemos necesario consignar las manifestaciones <strong>de</strong> aquel<strong>los</strong> autores que reproducen con<br />
respecto a las más elevadas funciones anímicas el principio <strong>de</strong> Maury.<br />
Según Strümpell, quedan suprimidas en el sueño -naturalmente también allí don<strong>de</strong><br />
el <strong>de</strong>satino no resulta evi<strong>de</strong>nte- todas aquellas operaciones lógicas <strong>de</strong>l alma que se basan en<br />
relaciones y conexiones (pág. 26). Según Spitta (pág. 148), las representaciones parecen<br />
quedar emancipadas por completo <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> causalidad. Ra<strong>de</strong>stock y otros acentúan la<br />
<strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong> juicio y <strong>de</strong>ducción. Según Jodl (pág. 123), no existe en el<br />
sueño crítica ninguna, ni quedan corregidas las series <strong>de</strong> percepciones por el contenido <strong>de</strong><br />
la conciencia completa. Este mismo autor manifiesta: «En el sueño aparecen todas las<br />
activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la conciencia, pero incompletas, cohibidas y aisladas unas <strong>de</strong> otras.» <strong>La</strong>s<br />
contradicciones en que el sueño se sitúa con respecto a nuestro conocimiento <strong>de</strong>spierto son<br />
explicadas por Stricker y otros muchos autores por el olvido <strong>de</strong> hechos, la ausencia <strong>de</strong><br />
relaciones lógicas entre las representaciones, etc.<br />
Los autores que, en general, juzgan tan <strong>de</strong>sfavorablemente la labor <strong>de</strong> las funciones<br />
psíquicas en el sueño, conce<strong>de</strong>n, sin embargo, que en el mismo perdura un resto <strong>de</strong><br />
actividad anímica. Wundt, cuyas teorías han servido <strong>de</strong> norma a tantos otros investigadores<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> problemas oníricos, confiesa abiertamente este hecho. Surge, pues, el problema <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>terminar la naturaleza y composición <strong>de</strong> este resto <strong>de</strong> actividad anímica normal que en el<br />
sueño se manifiesta. Casi generalmente se conce<strong>de</strong> que la capacidad <strong>de</strong> reproducción -la<br />
memoria- es lo que menos parece haber sufrido, pudiendo incluso producir rendimientos<br />
superiores a <strong>los</strong> habituales en la vigilia, aunque una parte <strong>de</strong> <strong>los</strong> absurdos <strong>de</strong>l sueño haya <strong>de</strong><br />
quedar explicada por la capacidad <strong>de</strong> olvido <strong>de</strong> la vida onírica. Según Spitta, es la vida<br />
espiritual <strong>de</strong>l alma lo que no queda suprimido por el sueño y dirige el curso <strong>de</strong>l mismo.<br />
Espíritu es, para este autor, «aquella constante reunión <strong>de</strong> <strong>los</strong> sentimientos que constituye la<br />
esencia subjetiva más íntima <strong>de</strong>l hombre» (página 84). Scholz (pág. 37) ve una <strong>de</strong> las<br />
activida<strong>de</strong>s anímicas que se manifiestan en el sueño en la transformación alegorizante <strong>de</strong><br />
sentido a la que es sometido el material onírico. Siebeck comprueba también en el sueño la<br />
«actividad interpretadora complementaria» <strong>de</strong>l alma (pág. 11), aplicada por ésta a toda<br />
percepción. <strong>La</strong> conducta <strong>de</strong> nuestra más elevada función anímica -la conciencia- en el<br />
fenómeno onírico resulta especialmente difícil <strong>de</strong> fijar. Dado que sólo por ella sabemos<br />
algo <strong>de</strong> nuestros <strong>sueños</strong>, no po<strong>de</strong>mos dudar <strong>de</strong> su permanencia; pero Spitta opina que en el<br />
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