Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS<br />
____________________________________________________________________________________<br />
torres y paseaba entre las monstruosas y grotescas esculturas que la <strong>de</strong>coran. <strong>La</strong> rápida<br />
<strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> <strong>los</strong> excrementos, bajo el impulso <strong>de</strong>l chorro <strong>de</strong> orina, alu<strong>de</strong> al lema Afflavit<br />
et dissipati sunt, con el que me propongo encabezar un ensayo sobre la terapia <strong>de</strong> la histeria<br />
. Veamos ahora el motivo ocasional <strong>de</strong>l sueño. <strong>La</strong> tar<strong>de</strong> anterior había sido muy calurosa -<br />
era verano- y durante ella había pronunciado yo, continuando una serie <strong>de</strong> lecciones, mi<br />
conferencia sobre la conexión <strong>de</strong> las perversiones con la histeria. Pero me hallaba en un<br />
estado <strong>de</strong> ánimo un tanto <strong>de</strong>primido y hablé sin entusiasmo, pareciéndome <strong>de</strong>sagradable y<br />
falto <strong>de</strong> interés todo lo que <strong>de</strong>cía. Fatigado y sin hallar el menor placer en mi duro trabajo,<br />
ansiaba dar fin a aquel ahondar en las sucieda<strong>de</strong>s humanas e ir a reunirme con mis hijos y<br />
empren<strong>de</strong>r luego un viaje a la bella nación italiana. En este estado <strong>de</strong> ánimo salí <strong>de</strong>l aula y<br />
me dirigí a la terraza <strong>de</strong> un café para tomar, al aire libre, una mo<strong>de</strong>sta colación, pues<br />
tampoco sentía apetito. Pero uno <strong>de</strong> mis oyentes, que había salido acompañándome, me<br />
pidió permiso para sentarse a mi lado mientras yo sorbía el café y mordiscaba unos<br />
pasteles, y comenzó a dirigirme gran<strong>de</strong>s alabanzas, diciendo que mis lecciones le habían<br />
instruido altamente, que ahora lo veía todo <strong>de</strong> un modo muy distinto, que había logrado<br />
limpiar el establo <strong>de</strong> Augías <strong>de</strong> <strong>los</strong> errores y prejuicios acumulados sobre la teoría <strong>de</strong> las<br />
neurosis, etc., etc. En <strong>de</strong>finitiva: que era un gran hombre. No era, ciertamente, mi humor el<br />
más apropiado para soportar tanto sahumerio, y con el fin <strong>de</strong> poner término a la<br />
repugnancia que aquella adulación me producía, abrevié mi estancia en el café y volví a<br />
casa. Antes <strong>de</strong> acostarme hojeé las obras <strong>de</strong> Rabelais y leí una novela corta <strong>de</strong> C. F. Meyer,<br />
titulada <strong>La</strong>s cuitas <strong>de</strong> un muchacho.<br />
De este material surgió luego el sueño. <strong>La</strong> novelita <strong>de</strong> Meyer aportó a él la<br />
remiscencia <strong>de</strong> escenas infantiles (cf. la última escena <strong>de</strong> mi sueño con el con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Thun).<br />
Mi estado <strong>de</strong> ánimo, saturado <strong>de</strong> repugnancia y <strong>de</strong> tedio, pasa al sueño en tanto en cuanto le<br />
es dado aportar casi todo el material <strong>de</strong>l contenido manifiesto. Pero por la noche <strong>de</strong>spertó el<br />
estado <strong>de</strong> ánimo contrario más enérgicamente acentuado y sustituyó al primero. El<br />
contenido manifiesto tuvo entonces que estructurarse <strong>de</strong> manera a hacer posible la<br />
expresión <strong>de</strong> dos ten<strong>de</strong>ncias antitéticas -la manía <strong>de</strong> empequeñecerse y la exagerada<br />
estimación <strong>de</strong> sí mismo por medio <strong>de</strong>l mismo material-. De esta transacción resultó un<br />
contenido manifiesto equívoco, y <strong>de</strong> la recíproca coerción <strong>de</strong> <strong>los</strong> contrarios, un matiz<br />
afectivo indiferente. Conforme a la teoría <strong>de</strong> la realización <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos no hubiera sido<br />
posible este sueño si la serie <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> la manía <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>zas, serie antitética y acentuada<br />
<strong>de</strong> placer, aunque reprimida, no hubiera venido a agregarse a la <strong>de</strong> la repugnancia, pues <strong>los</strong><br />
elementos penosos o displacientes <strong>de</strong> nuestros pensamientos diurnos no encuentran acogida<br />
en el sueño y sólo pue<strong>de</strong>n pasar a él cuando prestan, simultáneamente, su forma a una<br />
realización <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos.<br />
<strong>La</strong> elaboración onírica pue<strong>de</strong> realizar aún, con <strong>los</strong> afectos <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as latentes, algo<br />
más que darles paso al contenido manifiesto o anular<strong>los</strong>, reprimiéndo<strong>los</strong>. Pue<strong>de</strong>, en efecto,<br />
transformar<strong>los</strong> en el afecto contrario. Sabemos ya que todo elemento <strong>de</strong>l sueño pue<strong>de</strong><br />
constituir tanto su propia representación como serlo <strong>de</strong>l elemento contrario. Por tanto, no<br />
sabremos nunca a priori cuál <strong>de</strong> estas dos significaciones darle y habremos <strong>de</strong> atenernos a<br />
lo que el contexto <strong>de</strong>cida. <strong>La</strong> conciencia popular ha entrevisto este estado <strong>de</strong> cosas, pues las<br />
vulgares «claves <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sueños</strong>» proce<strong>de</strong>n con frecuencia siguiendo este principio <strong>de</strong>l<br />
contraste. Esta transformación en lo contrario es facilitada por la íntima conexión asociativa<br />
278