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LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS<br />
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garantía <strong>de</strong> que su voluntad será respetada en otros ór<strong>de</strong>nes diferentes. De este modo siguen<br />
su propio instinto sexual y renuevan al mismo tiempo con ello el estímulo que parte <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
padres cuando su elección coinci<strong>de</strong> con la <strong>de</strong> el<strong>los</strong>.<br />
<strong>La</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>los</strong> signos en que se exteriorizan estas inclinaciones infantiles<br />
suele pasar inadvertida. Algunos <strong>de</strong> tales indicios pue<strong>de</strong>n observarse aún en <strong>los</strong> niños<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>los</strong> primeros años <strong>de</strong> su vida. Una niña <strong>de</strong> ocho años, hija <strong>de</strong> un amigo mío,<br />
aprovechó una ocasión en que su madre se ausentó <strong>de</strong> la mesa para proclamarse su<br />
sucesora, diciendo a su padre: «Ahora soy yo la mamá. ¿No quieres más verdura, Car<strong>los</strong>?<br />
Anda, toma un poco más.» con especial claridad se nos muestra este fragmento <strong>de</strong> la<br />
psicología infantil en las siguientes manifestaciones <strong>de</strong> una niña <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> cuatro años,<br />
muy viva e inteligente: «Mamá pue<strong>de</strong> irse ya. Papá se casará conmigo. Yo quiero ser su<br />
mujer.» En la vida infantil no excluye este <strong>de</strong>seo un tierno y verda<strong>de</strong>ro cariño <strong>de</strong> la niña por<br />
su madre. Cuando el niño es acogido durante la ausencia <strong>de</strong>l padre en el lecho matrimonial<br />
y duerme al lado <strong>de</strong> su madre hasta que al regreso <strong>de</strong> su progenitor vuelve a su alcoba, al<br />
lado <strong>de</strong> otra persona que le gusta menos, surge en él fácilmente el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> que el padre se<br />
halle siempre ausente para po<strong>de</strong>r conservar sin interrupción su puesto junto a su querida<br />
mamá bonita, y el medio <strong>de</strong> conseguir tal <strong>de</strong>seo es, naturalmente, que el padre muera, pues<br />
sabe por experiencia que <strong>los</strong> «muertos», esto es, personas, como, por ejemplo, el abuelo, se<br />
hallan siempre ausentes y no vuelven jamás.<br />
Si tales observaciones <strong>de</strong> la vida infantil se adaptan sin esfuerzo a la <strong>interpretación</strong><br />
propuesta, no nos proporcionan, sin embargo, la total convicción que <strong>los</strong> psicoanálisis <strong>de</strong><br />
adultos neuróticos imponen al médico. <strong>La</strong> comunicación <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sueños</strong> <strong>de</strong> este género es<br />
acompañada por el<strong>los</strong> <strong>de</strong> tales preliminares y comentarios, que su <strong>interpretación</strong> como<br />
<strong>sueños</strong> optativos se hace ineludible. Una señora llega a mi consulta toda conturbada y<br />
llorosa. «No quiero ver más a mi familia -me dice-. Tengo que causarles horror.» A<br />
seguidas y casi sin transición me relata un sueño cuyo significado <strong>de</strong>sconoce. Lo soñó<br />
teniendo cuatro años y su contenido es el siguiente: «Ve andar a un lince o una zorra por<br />
encima <strong>de</strong> un tejado. Después cae algo o se cae ella <strong>de</strong>l tejado abajo. Luego sacan <strong>de</strong> casa a<br />
su madre muerta y rompe ella a llorar amargamente.» Apenas expliqué a la sujeto que su<br />
sueño tenía que significar el <strong>de</strong>seo infantil <strong>de</strong> ver morir a su madre y que el recuerdo <strong>de</strong>l<br />
mismo es lo que la inspira ahora la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que tiene que causar horror a su familia, me<br />
suministró espontáneamente material bastante para un total esclarecimiento. Siendo niña,<br />
un golfillo que había encontrado en la calle se había burlado <strong>de</strong> ella aplicándole algunas<br />
calificaciones zoológicas, entre las que se hallaba la <strong>de</strong> «lince», y, posteriormente, teniendo<br />
ya tres años, había sido herida su madre por una teja que le cayó sobre la cabeza,<br />
originándole intensa hemorragia.<br />
Durante algún tiempo he tenido ocasión <strong>de</strong> estudiar con todo <strong>de</strong>talle a una niña que<br />
pasó por diversos estados psíquicos. En la <strong>de</strong>mencia frenética con que comenzó su<br />
enfermedad mostró una especial repulsión hacia su madre, insultándola y golpeándola en<br />
cuanto intentaba acercarse a su lecho. En cambio, se mostraba muy cariñosa y dócil para<br />
con su hermana, bastante mayor que ella. A este período <strong>de</strong> excitación surgió otro más<br />
<strong>de</strong>spejado, aunque algo apático y con gran<strong>de</strong>s perturbaciones <strong>de</strong>l reposo, fase en la que<br />
comencé a someterla a tratamiento y a analizar sus <strong>sueños</strong>. Gran cantidad <strong>de</strong> <strong>los</strong> mismos<br />
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