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SIGMUND FREUD<br />
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conciencia; pero este efecto <strong>de</strong> conciencia pue<strong>de</strong> mostrar un carácter psíquico<br />
completamente distinto <strong>de</strong>l proceso preconsciente, <strong>de</strong> manera que la percepción interior no<br />
pueda reconocer en él una sustitución <strong>de</strong>l mismo. El médico tiene que reservarse el <strong>de</strong>recho<br />
<strong>de</strong> penetrar inductivamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el efecto <strong>de</strong> la conciencia hasta el proceso psíquico<br />
inconsciente. Obrando así <strong>de</strong>scubrirá que el efecto <strong>de</strong> conciencia no es más que un lejano<br />
efecto psíquico <strong>de</strong>l proceso inconsciente y que este último no ha <strong>de</strong>venido consciente como<br />
tal, habiendo existido y actuado sin <strong>de</strong>latarse en modo alguno a la conciencia. Para llegar a<br />
un exacto conocimiento <strong>de</strong>l proceso psíquico es condición imprescindible dar a la<br />
conciencia su verda<strong>de</strong>ro valor, tan distinto <strong>de</strong>l que ha venido atribuyéndosele con<br />
exageración manifiesta. En lo inconsciente tenemos que ver, como afirma Lipps, la base<br />
general <strong>de</strong> la vida psíquica. Lo inconsciente es el círculo más amplio en el que se halla<br />
inscrito el <strong>de</strong> lo consciente. Todo lo consciente tiene un grado preliminar inconsciente,<br />
mientras que lo inconsciente pue<strong>de</strong> permanecer en este grado y aspirar, sin embargo, al<br />
valor completo <strong>de</strong> una función psíquica. Lo inconsciente es lo psíquico verda<strong>de</strong>ramente<br />
real: su naturaleza interna nos es tan <strong>de</strong>sconocida como la realidad <strong>de</strong>l mundo exterior y<br />
nos es dado por el testimonio <strong>de</strong> nuestra conciencia tan incompletamente como el mundo<br />
exterior por el <strong>de</strong> nuestros órganos sensoriales.<br />
Una vez que la antigua antítesis <strong>de</strong> vida consciente y vida onírica ha quedado<br />
<strong>de</strong>spojada <strong>de</strong> toda significación por el reconocimiento <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro valor <strong>de</strong> lo psíquico<br />
inconsciente, <strong>de</strong>saparece toda una serie <strong>de</strong> problemas oníricos que preocuparon<br />
intensamente a <strong>los</strong> investigadores anteriores. Así, muchas funciones cuyo <strong>de</strong>sarrollo en el<br />
sueño resultaba <strong>de</strong>sconcertante, no <strong>de</strong>ben ser ya atribuidas a este fenómeno, sino a la<br />
actividad diurna <strong>de</strong>l pensamiento inconsciente. Cuando Scherner nos <strong>de</strong>scubre en el sueño<br />
una representación simbólica <strong>de</strong>l cuerpo, sabemos que se trata <strong>de</strong>l rendimiento <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>terminadas fantasías inconscientes, que obe<strong>de</strong>cen, probablemente, a impulsos sexuales y<br />
que no se manifiestan únicamente en él, sino también en las fobias histéricas y en otros<br />
síntomas. Cuando el sueño continúa labores intelectuales diurnas, solucionándolas e incluso<br />
extrayendo a la luz ocurrencias valiosísimas, hemos <strong>de</strong> ver en dichas labores un<br />
rendimiento <strong>de</strong> las mismas fuerzas que las realizan durante la vigilia. Lo único que<br />
correspon<strong>de</strong>rá a la elaboración onírica y podrá ser consi<strong>de</strong>rado como una intervención <strong>de</strong><br />
oscuros po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> <strong>los</strong> más profundos estratos <strong>de</strong>l alma será el disfraz <strong>de</strong> sueño con el que<br />
la función intelectual se nos presenta. Nos inclinamos asimismo a una exagerada<br />
estimación <strong>de</strong>l carácter consciente <strong>de</strong> la producción intelectual y artística. Por las<br />
comunicaciones <strong>de</strong> algunos hombres altamente productivos, como Goethe y Helmholtz,<br />
sabemos que lo más importante y original <strong>de</strong> sus creaciones surgió en el<strong>los</strong> en forma <strong>de</strong><br />
ocurrencia espontánea, siendo percibido casi siempre como una totalidad perfecta y<br />
terminada. El auxilio <strong>de</strong> la actividad consciente tiene el privilegio <strong>de</strong> encubrir a todas las<br />
que simultáneamente actúan.<br />
No merece la pena plantearnos el examen <strong>de</strong> la significación histórica <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sueños</strong><br />
como un tema especial. Aquel<strong>los</strong> casos en que un guerrero fue impelido por un sueño a<br />
acometer una osada empresa cuyo resultado transformó la Historia, no constituyen un<br />
nuevo problema, sino mientras que consi<strong>de</strong>ramos al sueño como un po<strong>de</strong>r ajeno a las<br />
<strong>de</strong>más fuerzas anímicas que nos son más familiares y no como una forma expresiva <strong>de</strong><br />
impulsos coartados durante el día por una resistencia y reforzados nocturnamente por<br />
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