Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS<br />
____________________________________________________________________________________<br />
De esta inscripción había extraído yo aquellas palabras que se adaptaban a la serie<br />
<strong>de</strong> pensamientos hostiles dada a mis i<strong>de</strong>as latentes y que habían <strong>de</strong> significar: «Este no<br />
tiene nada que <strong>de</strong>cir aquí. pues no vive.» En seguida recordé que mi sueño se <strong>de</strong>sarrolló<br />
pocos días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la inauguración <strong>de</strong>l monumento a Fleischl en el claustro <strong>de</strong> la<br />
Universidad, ocasión en la que vi también el <strong>de</strong> Brücke emplazado en el mismo lugar y<br />
pensé con dolor (en lo inconsciente) que la prematura muerte <strong>de</strong> mi amigo P. le ha privado<br />
<strong>de</strong> ocupar un puesto al lado <strong>de</strong> estos ilustres hombres <strong>de</strong> ciencia. En mi sueño le elevo el<br />
monumento que sus altas dotes y su amor a la ciencia le habrían seguramente conquistado.<br />
Mi pobre amigo se llamaba también José, como el emperador, en cuyo monumento consta<br />
la inscripción antes citada . Según las reglas <strong>de</strong> la <strong>interpretación</strong> onírica, no tenemos aún el<br />
<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> sustituir el non vivit que nos es necesario por el non vixit que nos proporciona<br />
mi recuerdo <strong>de</strong> dicha inscripción. Pero observo que, en la escena <strong>de</strong> mi sueño, confluyen<br />
una corriente <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as hostiles y otra <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as cariñosas, referidas a mi amigo P., superficial<br />
la primera y encubierta la segunda, corrientes que alcanzan ambas su representación <strong>de</strong> las<br />
palabras non vixit. Por sus méritos científicos, elevo a P. un monumento, pero por haberse<br />
hecho culpable <strong>de</strong> un mal <strong>de</strong>seo (expresado al final <strong>de</strong>l sueño) le aniquilo. Al acabar <strong>de</strong><br />
redactar la frase prece<strong>de</strong>nte en el análisis que voy efectuando, me doy cuenta <strong>de</strong> que en su<br />
estructura ha <strong>de</strong>bido <strong>de</strong> influir el recuerdo <strong>de</strong> otra muy conocida.<br />
¿Dón<strong>de</strong> encontramos una antítesis análoga y una yuxtaposición <strong>de</strong> dos reacciones<br />
contrarias que, hallándose referidas a una misma persona y aspirando ambas a una plena<br />
justificación, procuran, sin embargo, no estorbarse? Recor<strong>de</strong>mos el Julio César<br />
shakespeariano y el discurso en que Bruto trata <strong>de</strong> justificar su crimen: «Porque César me<br />
amaba le lloro; porque era valeroso, le honro; pero porque era ambicioso, le maté.» Esta<br />
frase presenta idéntica estructura que la redactada por mí en el análisis y entraña la misma<br />
antítesis que hemos llegado a <strong>de</strong>scubrir en las i<strong>de</strong>as latentes <strong>de</strong> mi sueño. Habré, pues, <strong>de</strong><br />
suponer que <strong>de</strong>sempeño en éste el papel <strong>de</strong> Bruto. Veamos si existe algún otro indicio que,<br />
agregándose a esta sorpren<strong>de</strong>nte conexión colateral, pueda confirmar tal hipótesis. El sueño<br />
me dice que mi amigo ha venido a Viena en el mes <strong>de</strong> julio, <strong>de</strong>talle carente <strong>de</strong> toda base<br />
real. Que yo sepa, jamás ha venido Fl. en tal época a Viena, pero el mes <strong>de</strong> julio <strong>de</strong>be su<br />
nombre a Julio César, y podía constituir muy bien el indicio buscado, o sea la alusión en el<br />
sueño a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que me arrogo el papel <strong>de</strong>l regicida romano.<br />
En realidad, he encarnado una vez tal figura, pues a la edad <strong>de</strong> catorce años<br />
representé, ante un auditorio infantil, la escena que Schiller hace <strong>de</strong>sarrollarse entre Bruto y<br />
César en su conocido poema. El papel <strong>de</strong> César fue <strong>de</strong>sempeñado entonces por mi sobrino<br />
John, que había venido <strong>de</strong> Inglaterra y se hallaba pasando una temporada con nosotros. Este<br />
sobrino mío, un año mayor que yo, pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rado como una especie <strong>de</strong> revenant,<br />
pues con él vuelve a surgir ante mí el camarada <strong>de</strong> mis primeros juegos infantiles. Hasta<br />
que cumplí cuatro años fuimos inseparables, queriéndonos mucho y peleándonos otro tanto,<br />
y esta relación infantil ha fijado <strong>de</strong>cisivamente, como ya hube <strong>de</strong> indicarlo en otro lugar, la<br />
orientación <strong>de</strong> mis sentimientos en mi trato ulterior con personas <strong>de</strong> mi edad.<br />
Posteriormente ha hallado en mis <strong>sueños</strong> este sobrino mío múltiples encarnaciones que<br />
reavivaban una cualquiera <strong>de</strong> las facetas <strong>de</strong> su personalidad in<strong>de</strong>leblemente impresa en mi<br />
memoria inconsciente. Sin duda <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> tratarme con dureza en alguna ocasión y yo <strong>de</strong>bí<br />
<strong>de</strong> mostrarme valeroso, rebelándome contra mi tirano, pues mis familiares me han relatado<br />
250