You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
SIGMUND FREUD<br />
____________________________________________________________________________________<br />
representado a éste en el sueño. El que ninguna otra impresión, sino precisamente la <strong>de</strong> la<br />
monografía, fuese llamada a tomar a su cargo este papel es señal <strong>de</strong> que era la más<br />
apropiada para el establecimiento <strong>de</strong> la conexión. No <strong>de</strong>be admirarnos nunca, como al<br />
Juanito Listo (Hänschen Schlau), <strong>de</strong> Lessing, «que sean sólo <strong>los</strong> ricos <strong>los</strong> que más dinero<br />
tienen.»<br />
En el proceso psicológico por medio <strong>de</strong>l cual llega la impresión indiferente a<br />
constituirse en representación <strong>de</strong> lo psíquicamente importante tiene que parecernos todavía<br />
harto arduo y singular. En otro capítulo nos plantearemos la labor <strong>de</strong> aproximar más a<br />
nuestra inteligencia las peculiarida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> esta operación aparentemente incorrecta, pues,<br />
por el momento, queremos limitarnos al resultado <strong>de</strong> dicho proceso, resultado que <strong>los</strong><br />
conocimientos <strong>de</strong>ducidos <strong>de</strong> numerosísimos análisis oníricos nos fuerzan a aceptar. Lo que<br />
<strong>de</strong>l proceso advertimos es como si mediante <strong>los</strong> indicados elementos intermedios se llevase<br />
a cabo un <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> lo que podríamos <strong>de</strong>nominar el «acento psíquico», hasta<br />
conseguir que representaciones débilmente provistas <strong>de</strong> intensidad inicialmente adquieran,<br />
por apropiación <strong>de</strong> la intensidad <strong>de</strong> otras mejor provistas al principio, una energía que las<br />
capacite para forzar el acceso a la conciencia. Tales <strong>de</strong>splazamientos no nos admiran<br />
cuando se trata <strong>de</strong> la aplicación <strong>de</strong> magnitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> afecto o en general <strong>de</strong> actos motores. Que<br />
la solterona sin familia transfiera su ternura a sus animales caseros, que el solterón se<br />
convierta en apasionado coleccionista, que el soldado <strong>de</strong>fienda hasta la muerte algo que en<br />
realidad no es sino una seda <strong>de</strong> colores, que en las relaciones amorosas nos colme <strong>de</strong><br />
felicidad un apretón <strong>de</strong> manos prolongado durante un segundo o que un pañuelo perdido<br />
produzca en Otelo un ataque <strong>de</strong> ira, son ejemp<strong>los</strong> <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazamientos psíquicos que nos<br />
parecen incontrovertibles. En cambio, el que <strong>de</strong>l mismo modo y conforme a <strong>los</strong> mismos<br />
principios se establezca una conclusión sobre lo que llega a nuestra conciencia y lo que es<br />
usurpado a la misma, esto es, sobre lo que pensamos, nos hace la impresión <strong>de</strong> algo<br />
morboso y lo calificamos <strong>de</strong> error mental cuando lo observamos en la vida <strong>de</strong>spierta.<br />
Anticipando aquí el resultado <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>raciones que más a<strong>de</strong>lante habremos <strong>de</strong> exponer,<br />
revelaremos que el proceso psíquico que hemos reconocido en el <strong>de</strong>splazamiento onírico se<br />
nos <strong>de</strong>mostrará, ya que no patológicamente perturbado, sí distinto <strong>de</strong> lo normal; esto es,<br />
como un proceso <strong>de</strong> naturaleza más bien primaria.<br />
De este modo interpretaremos la inclusión <strong>de</strong> restos <strong>de</strong> sucesos secundarios en el<br />
contenido <strong>de</strong>l sueño como un fenómeno <strong>de</strong> la <strong>de</strong>formación onírica (por <strong>de</strong>splazamiento) y<br />
recordaremos que en este proceso <strong>de</strong>formador vimos una consecuencia <strong>de</strong> la censura que<br />
vigila a la comunicación entre dos instancias psíquicas. Esperamos, por tanto, que el<br />
análisis onírico nos <strong>de</strong>scubra siempre la fuente verda<strong>de</strong>ra y psíquicamente importante<br />
situada en la vida diurna, cuyo recuerdo ha <strong>de</strong>splazado su acento sobre el recuerdo<br />
indiferente. Esta concepción nos sitúa en abierta contradicción con la teoría <strong>de</strong> Robert,<br />
inutilizable ya para nosotros. En efecto, resulta que el hecho que quería explicar Robert no<br />
existe, pues la hipótesis <strong>de</strong> su existencia se basa en el error que supone la no sustitución <strong>de</strong>l<br />
contenido aparente <strong>de</strong>l sueño por el verda<strong>de</strong>ro sentido <strong>de</strong>l mismo. Pero no es ésta la única<br />
objeción que pue<strong>de</strong> oponerse a dicha teoría. Si el sueño tuviera realmente la función <strong>de</strong><br />
libertar nuestra memoria, por medio <strong>de</strong> una labor psíquica especial, <strong>de</strong> las «escorias» <strong>de</strong>l<br />
recuerdo diurno, el trabajo realizado mientras dormimos sería muy superior al que pudiera<br />
significar nuestra actividad anímica <strong>de</strong>spierta. <strong>La</strong>s impresiones indiferentes <strong>de</strong>l día <strong>de</strong> las<br />
111