12.05.2013 Views

La interpretación de los sueños

La interpretación de los sueños

La interpretación de los sueños

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

SIGMUND FREUD<br />

____________________________________________________________________________________<br />

Hay, sin duda, una voz interior que nos impulsa a reconocer el po<strong>de</strong>r coactivo <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>stino en Edipo, mientras que otras tragedias construidas sobre la misma base nos parecen<br />

inaceptablemente arbitrarias. Y es que la leyenda <strong>de</strong>l rey tebano entraña algo que hiere en<br />

todo hombre una íntima esencia natural. Si el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> Edipo nos conmueve es porque<br />

habría podido ser el nuestro y porque el oráculo ha suspendido igual maldición sobre<br />

nuestras cabezas antes que naciéramos. Quizá nos estaba reservado a todos dirigir hacia<br />

nuestra madre nuestro primer impulso sexual y hacia nuestro padre el primer sentimiento <strong>de</strong><br />

odio y el primer <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>structor. Nuestros <strong>sueños</strong> testimonian <strong>de</strong> ello. El rey Edipo, que ha<br />

matado a su padre y tomado a su madre en matrimonio, no es sino la realización <strong>de</strong> nuestros<br />

<strong>de</strong>seos infantiles. Pero, más dichosos que él, nos ha sido posible, en épocas posteriores a la<br />

infancia, y en tanto en cuanto no hemos contraído una psiconeurosis, <strong>de</strong>sviar <strong>de</strong> nuestra<br />

madre nuestros impulsos sexuales y olvidar <strong>los</strong> ce<strong>los</strong> que el padre nos inspiró. Ante<br />

aquellas personas que han llegado a una realización <strong>de</strong> tales <strong>de</strong>seos infantiles, retroce<strong>de</strong>mos<br />

horrorizados con toda la energía <strong>de</strong>l elevado montante <strong>de</strong> represión que sobre <strong>los</strong> mismos se<br />

ha acumulado en nosotros <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestra infancia.<br />

Mientras que el poeta extrae a la luz, en el proceso <strong>de</strong> investigación que constituye<br />

el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> su obra, la culpa <strong>de</strong> Edipo, nos obliga a una introspección en la que<br />

<strong>de</strong>scubrimos que aquel<strong>los</strong> impulsos infantiles existen todavía en nosotros, aunque<br />

reprimidos. Y las palabras con que el coro pone fin a la obra: «...miradle; es Edipo; el que<br />

resolvió <strong>los</strong> intrincados enigmas y ejerció el más alto po<strong>de</strong>r; aquel cuya felicidad<br />

ensalzaban y envidiaban todos <strong>los</strong> ciudadanos. ¡Vedle sumirse en las crueles olas <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>stino fatal!», estas palabras hieren nuestro orgullo <strong>de</strong> adultos, que nos hace creernos lejos<br />

ya <strong>de</strong> nuestra niñez y muy avanzados por <strong>los</strong> caminos <strong>de</strong> la sabiduría y <strong>de</strong>l dominio<br />

espiritual. Como Edipo, vivimos en la ignorancia <strong>de</strong> aquel<strong>los</strong> <strong>de</strong>seos inmorales que la<br />

Naturaleza nos ha impuesto, y al <strong>de</strong>scubrir<strong>los</strong> quisiéramos apartar la vista <strong>de</strong> las escenas <strong>de</strong><br />

nuestra infancia . En el texto mismo <strong>de</strong> la tragedia <strong>de</strong> Sófocles hallamos una inequívoca<br />

indicación <strong>de</strong> que la leyenda <strong>de</strong> Edipo proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> un antiquísimo tema onírico, en cuyo<br />

contenido se refleja esta dolorosa perturbación, a que nos venimos refiriendo, <strong>de</strong> las<br />

relaciones filiales por <strong>los</strong> primeros impulsos <strong>de</strong> la sexualidad. Para consolar a Edipo,<br />

ignorante aún <strong>de</strong> la verdad, pero preocupado por el recuerdo <strong>de</strong> la predicción <strong>de</strong>l oráculo, le<br />

observa Yocasta que el sueño <strong>de</strong>l incesto es soñado por muchos hombres y carece, a su<br />

juicio, <strong>de</strong> toda significación: «Son muchos <strong>los</strong> hombres que se han visto en <strong>sueños</strong><br />

cohabitando con su madre. Pero aquel que no ve en el<strong>los</strong> sino vanas fantasías soporta sin<br />

pesadumbre la carga <strong>de</strong> la vida».<br />

Este sueño es soñado aún, como entonces, por muchos hombres, que al <strong>de</strong>spertar lo<br />

relatan llenos <strong>de</strong> asombro e indignación. En él habremos, pues, <strong>de</strong> ver la clave <strong>de</strong> la<br />

tragedia y el complemento al <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong>l padre. <strong>La</strong> fábula <strong>de</strong> Edipo es la reacción <strong>de</strong> la<br />

fantasía a estos dos <strong>sueños</strong> típicos, y así como el<strong>los</strong> <strong>de</strong>spiertan en el adulto sentimiento <strong>de</strong><br />

repulsa, tiene la leyenda que acoger en su contenido el horror al <strong>de</strong>lito y el castigo <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>lincuente, que éste se impone por su propia mano. <strong>La</strong> ulterior conformación <strong>de</strong> dicho<br />

contenido proce<strong>de</strong> nuevamente <strong>de</strong> una equivocada elaboración secundaria, que intenta<br />

ponerlo al servicio <strong>de</strong> un propósito teologizante (cf. el tema onírico <strong>de</strong> la exhibición,<br />

expuesto en páginas anteriores). Pero la tentativa <strong>de</strong> armonizar la omnipotencia divina con<br />

la responsabilidad humana tiene que fracasar aquí, como en cualquier otro material que<br />

161

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!