12.05.2013 Views

La interpretación de los sueños

La interpretación de los sueños

La interpretación de los sueños

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

SIGMUND FREUD<br />

____________________________________________________________________________________<br />

al que ninguna relación <strong>de</strong> amistad ligaba con su inmediato superior, manifestó claramente<br />

su impaciencia en varias ocasiones. Dado que dicha persona pa<strong>de</strong>cía una grave enfermedad,<br />

el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> verle conseguir un ascenso, esto es, <strong>de</strong>jar su puesto, podía encubrir otro menos<br />

piadoso. Años antes había yo abrigado también, y más vivamente aún, el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> que se<br />

produjese una vacante. Todo escalafón da siempre motivo a represiones <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> este<br />

género. Recor<strong>de</strong>mos al príncipe Hal -<strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Shakespeare-, que no supo resistir a la<br />

tentación <strong>de</strong> probarse la corona <strong>de</strong>l rey, su padre, junto al lecho en que éste yacía enfermo.<br />

Mi sueño castiga tan <strong>de</strong>sconsi<strong>de</strong>rada impaciencia; pero, como era <strong>de</strong> esperar, no lo hace en<br />

mi propia persona, sino en la <strong>de</strong> mi amigo . «Porque era ambicioso, le maté.» Porque no<br />

podía esperar que el otro le <strong>de</strong>jara el puesto, fue él expulsado <strong>de</strong>l que ocupaba en la vida.<br />

Este pensamiento surgió en mí mientras asistía a la inauguración <strong>de</strong>l monumento erigido al<br />

otro en la Universidad. Una parte <strong>de</strong> la satisfacción experimentada en el sueño significa,<br />

pues: «Ha sido un justo castigo. Te está bien empleado.»<br />

En el entierro <strong>de</strong> mi amigo (P.) hizo un joven la observación <strong>de</strong> que el orador que<br />

había pronunciado el discurso necrológico se había expresado como Si el mundo no<br />

pudiese continuar subsistiendo sin aquel hombre, observación a primera vista poco<br />

oportuna, pero que respondía al honrado sentimiento <strong>de</strong>l hombre sincero que ve perturbado<br />

su dolor por una inútil exageración. A estos conceptos se enlazan luego las i<strong>de</strong>as latentes <strong>de</strong><br />

mi sueño. En realidad, nadie es insustituible. ¡A cuántos amigos y conocidos he<br />

acompañado yo a la tumba! Pero yo vivo todavía; he sobrevivido a todos y conservo mi<br />

puesto. Tal pensamiento, en el instante en que temo no encontrar ya en vida a mi amigo si<br />

acudo a su lado, no pue<strong>de</strong> significar sino que me alegro <strong>de</strong> sobrevivir nuevamente a<br />

alguien, <strong>de</strong> que el que ha muerto haya sido él y no yo, y <strong>de</strong> que conservo mi puesto, como<br />

antes, en la escena infantil fantaseada. Esta satisfacción <strong>de</strong> conservar mi puesto, proce<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> lo infantil, encubre la parte principal <strong>de</strong>l afecto acogido en el sueño. Me alegro <strong>de</strong><br />

sobrevivir a mi amigo, y lo manifiesto con el ingenuo egoísmo que campea en la conocida<br />

anécdota: «El marido, a su mujer: 'Si uno <strong>de</strong> nosotros muriere, me iría a vivir a París.'» No<br />

pue<strong>de</strong> ocultarse a nadie lo mucho que nos es preciso vencernos para analizar y comunicar<br />

nuestros propios <strong>sueños</strong>, que parecen revelarnos como el único ser perverso entre todas las<br />

nobles criaturas que nos ro<strong>de</strong>an. Encuentro, por tanto, muy comprensible que <strong>los</strong> revenants<br />

nos sustituyan sólo mientras queremos, que podamos hacer<strong>los</strong> <strong>de</strong>saparecer con sólo<br />

<strong>de</strong>searlo. Esto ha sido lo que ha motivado el castigo <strong>de</strong> mi amigo José. Por otro lado, <strong>los</strong><br />

revenants son las sucesivas encarnaciones <strong>de</strong> mi infantil amigo, y <strong>de</strong> este modo se refiere<br />

también mi satisfacción a haber logrado sustituir siempre con otras las amista<strong>de</strong>s perdidas.<br />

También para la que ahora estoy a punto <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r encontraré sustitución. Nadie es<br />

insustituible. Mas ¿dón<strong>de</strong> permanece aquí la censura onírica? ¿Por qué no acu<strong>de</strong> a oponerse<br />

enérgicamente a este proceso mental tan groseramente egoísta y no transforma en profundo<br />

displacer la satisfacción que a él se muestra enlazada? A mi juicio, obe<strong>de</strong>ce esta conducta a<br />

que otros procesos mentales por completo irreprochables provocan también satisfacción y<br />

encubren con este afecto el <strong>de</strong> igual carácter emanado <strong>de</strong> las fuentes infantiles prohibidas.<br />

Durante la solemne inauguración <strong>de</strong>l monumento en la Universidad surgieron también en<br />

mí <strong>los</strong> pensamientos siguientes: He perdido ya muchos y muy queridos amigos; unos me<br />

han sido arrebatados por la muerte; otros no han sabido conservar mi amistad. Pero,<br />

afortunadamente, he logrado sustituir<strong>los</strong>, pues tengo hoy uno que significa para mí más que<br />

287

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!