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La interpretación de los sueños

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SIGMUND FREUD<br />

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Estado, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber luchado mucho tiempo para conseguirlo. <strong>La</strong> frase Auf Geseres -<br />

pronunciada cuando la situación <strong>de</strong>l sueño hacía esperar la <strong>de</strong> Hasta la vista (Auf<br />

Wie<strong>de</strong>rsehen) y su contraria, Auf Ungeseres, <strong>de</strong>sprovistas por completo <strong>de</strong> sentido,<br />

<strong>de</strong>spiertan especialmente nuestro interés.<br />

Según <strong>los</strong> datos que me han proporcionado <strong>los</strong> entendidos en estas materias,<br />

Geseres es una palabra netamente hebrea, <strong>de</strong>rivada <strong>de</strong>l verbo goiser, y su más aproximada<br />

traducción es fatalidad. El argot popular judío ha <strong>de</strong>snaturalizado esta significación,<br />

sustituyéndola por la <strong>de</strong> «lamentaciones y quejas». Ungeseres es un neologismo inventado<br />

por mí en el sueño y me resulta al principio totalmente incomprensible. Pero la pequeña<br />

observación que cierra el sueño, indicándome que Ungeseres contiene una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />

preferencia en comparación con Geseres, abre el camino a las asociaciones y, con ellas, a la<br />

solución buscada. Recuerdo, en efecto, que con respecto al caviar se da una análoga<br />

relación <strong>de</strong> preferencia, siendo más estimado el que no tiene sal (ungesalzen) que el salado<br />

(gesalzen). El pueblo ve en el caviar una representación <strong>de</strong> las «aficiones aristocráticas».<br />

Ocúltase aquí una burlona alusión a una persona <strong>de</strong> mi casa, <strong>de</strong> la que espero se ocupe <strong>de</strong>l<br />

porvenir <strong>de</strong> mis hijos si yo llegase a faltar, pues es más joven que yo. Esta circunstancia<br />

queda confirmada por la aparición, en el sueño, <strong>de</strong> otra persona <strong>de</strong> mi servidumbre, nuestra<br />

buena niñera, personificada en la camarera (o la monja) que trae a <strong>los</strong> niños. Fáltanos aún<br />

un elemento intermedio que facilite el paso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el pan sin sal = salado al <strong>de</strong> Geseres =<br />

Ungeseres. Dicho elemento es, indudablemente, el pan gesäuert = ungesäuert («con<br />

levadura = sin levadura»). En su fuga <strong>de</strong> Egipto no tuvo el pueblo judío tiempo <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar<br />

fermentar la masa <strong>de</strong> su pan, y en memoria <strong>de</strong> esto comen hoy sus <strong>de</strong>scendientes pan sin<br />

levadura (pan ázimo) durante la época <strong>de</strong> Pascua. Al llegar a esta parte <strong>de</strong>l análisis surgió<br />

en mí una repentina asociación. Recordé, en efecto, que hallándome paseando con mi<br />

amigo <strong>de</strong> Berlín por las calles <strong>de</strong> Breslau, ciudad a la que fuimos a pasar las últimas<br />

vacaciones <strong>de</strong> Pascua y que visitábamos por vez primera, se acerco a mí una niña,<br />

preguntándome por una calle.<br />

Después <strong>de</strong> manifestar mi <strong>de</strong>sconocimiento <strong>de</strong> la topografía <strong>de</strong> la ciudad, dije a mi<br />

amigo: «Confiemos en que más a<strong>de</strong>lante <strong>de</strong>muestre esta chica mayor penetración para<br />

elegir las personas que hayan <strong>de</strong> guiarla en la vida.» Poco <strong>de</strong>spués se ofreció a mi vista una<br />

placa en la que ponía: «Doctor Hero<strong>de</strong>s. Consulta <strong>de</strong>...», y se la indiqué a mi acompañante,<br />

comentando: «Es <strong>de</strong> esperar que, por lo menos, no sea médico <strong>de</strong> niños.» Mi amigo me iba<br />

exponiendo mientras tanto sus opiniones sobre la significación biológica <strong>de</strong> la simetría<br />

bilateral y comenzó una <strong>de</strong> sus frases con las palabras: «Si tuviéramos un ojo en mitad <strong>de</strong> la<br />

frente, como el cíclope (Kylop)...» Estas palabras conducen a la frase <strong>de</strong>l profesor M., en el<br />

sueño preliminar: «Mi hijo, el miope (Myop)...», y con ella, a la fuente principal <strong>de</strong> la<br />

palabra Geseres. Hace muchos años, cuando dicho hijo <strong>de</strong>l profesor M. -pensador hoy <strong>de</strong><br />

gran valía- ocupaba aún un sitio en <strong>los</strong> bancos escolares, contrajo una enfermedad <strong>de</strong> la<br />

vista, que el médico <strong>de</strong>claró gran<strong>de</strong>mente peligrosa, pues si bien no tenía importancia<br />

mientras continuase siendo unilateral, podía exten<strong>de</strong>rse al otro ojo y adquirir entonces<br />

extrema gravedad. El ojo atacado curó sin dificultad al poco tiempo, pero entonces enfermó<br />

el otro. <strong>La</strong> madre <strong>de</strong>l paciente llamó, aterrorizada, al médico, haciéndole acudir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

capital a la lejana finca don<strong>de</strong> se hallaba pasando el verano. Pero el facultativo la<br />

tranquilizó en la misma forma que la primera vez, exponiendo que se trataba <strong>de</strong>l mismo<br />

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