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LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS<br />
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prolonga por un momento su reposo es en obsequio <strong>de</strong> esta realización <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos. El sueño<br />
quedó antepuesto aquí a la reflexión <strong>de</strong>l pensamiento <strong>de</strong>spierto porque le era dado mostrar<br />
al niño nuevamente en vida. Si el padre hubiera <strong>de</strong>spertado primero y <strong>de</strong>ducido <strong>de</strong>spués la<br />
conclusión que le hizo acudir al lado <strong>de</strong>l cadáver, hubiera abreviado la vida <strong>de</strong> su hijo en<br />
<strong>los</strong> breves momentos que el sueño se le presentaba. Sobre la peculiaridad que en este sueño<br />
atrae nuestro interés no pue<strong>de</strong> caber la menor duda. Hasta ahora nos hemos ocupado<br />
predominantemente <strong>de</strong> averiguar en qué consiste el sentido oculto <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sueños</strong>, por qué<br />
camino nos es dado <strong>de</strong>scubrirlo y cuáles son <strong>los</strong> medios <strong>de</strong> que se ha servido la elaboración<br />
onírica para ocultar<strong>los</strong>. Los problemas <strong>de</strong> la <strong>interpretación</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sueños</strong> ocupaban hasta<br />
aquí el centro <strong>de</strong> nuestro campo visual; pero en este punto tropezamos con el sueño antes<br />
mencionado, que no plantea a la <strong>interpretación</strong> labor ninguna y cuyo sentido aparece dado<br />
sin el menor disfraz; pero que, sin embargo, conserva <strong>los</strong> caracteres esenciales que tan<br />
singularmente distinguen al fenómeno onírico <strong>de</strong> nuestro pensamiento <strong>de</strong>spierto. Una vez<br />
que hemos agotado todo lo referente a la labor <strong>de</strong> <strong>interpretación</strong>, nos es dado observar cuán<br />
incompleta continúa siendo nuestra psicología <strong>de</strong>l sueño.<br />
Pero antes <strong>de</strong> dirigir nuestro pensamiento por estos nuevos <strong>de</strong>rroteros queremos<br />
hacer un alto y volver <strong>los</strong> ojos atrás con objeto <strong>de</strong> comprobar si en nuestro camino hasta<br />
aquí no hemos <strong>de</strong>jado inadvertido algo importante, pues no nos ocultaremos que hemos<br />
recorrido ya la parte cómoda y anda<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l mismo. Hasta ahora todos <strong>los</strong> sen<strong>de</strong>ros por <strong>los</strong><br />
que hubimos <strong>de</strong> avanzar nos han conducido, si no me equivoco mucho, a lugares<br />
<strong>de</strong>spejados, al esclarecimiento y a la comprensión total; pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento en que<br />
queremos penetrar más profundamente en <strong>los</strong> procesos anímicos que se <strong>de</strong>sarrollan en el<br />
sueño, todas nuestras rutas <strong>de</strong>sembocarán en las tinieblas. Ha <strong>de</strong> sernos imposible<br />
esclarecer totalmente el sueño como proceso psíquico, pues esclarecer una cosa significa<br />
referirla a otra conocida, y por el momento no existe conocimiento psicológico ninguno al<br />
que podamos subordinar aquel<strong>los</strong> datos que como base <strong>de</strong> una aclaración pudiéramos<br />
<strong>de</strong>ducir <strong>de</strong>l examen psicológico <strong>de</strong>l fenómeno onírico. Por el contrario, nos veremos<br />
obligados a establecer una serie <strong>de</strong> nuevas hipótesis relativas a la estructura <strong>de</strong>l aparato<br />
anímico y al funcionamiento <strong>de</strong> las fuerzas que en él actúan, hipótesis que no po<strong>de</strong>mos<br />
<strong>de</strong>sarrollar mucho más allá <strong>de</strong> su primera conclusión lógica, so pena <strong>de</strong> ver per<strong>de</strong>rse su<br />
valor en lo interminable. Aun cuando no cometamos falta alguna en nuestros procesos<br />
<strong>de</strong>ductivos y tengamos en cuenta todas las posibilida<strong>de</strong>s lógicamente resultantes, la<br />
probable imperfección <strong>de</strong> la concatenación <strong>de</strong> <strong>los</strong> elementos amenazará echar por tierra<br />
todos nuestros cálcu<strong>los</strong>. <strong>La</strong> más minuciosa investigación <strong>de</strong>l sueño o <strong>de</strong> otra cualquier<br />
función aislada no es suficiente para proporcionarnos <strong>de</strong>ducción alguna sobre la<br />
construcción y el funcionamiento <strong>de</strong>l instrumento anímico, pues para lograr tal resultado<br />
habremos <strong>de</strong> acumular todo lo que un estudio comparativo <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> funciones<br />
psíquicas nos <strong>de</strong>muestre como constantemente necesario. Así, pues, las hipótesis<br />
psicológicas que hemos extraído <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong> <strong>los</strong> procesos oníricos habrán <strong>de</strong> esperar<br />
hasta que puedan ser agregados a <strong>los</strong> resultados <strong>de</strong> otras investigaciones encaminadas a<br />
llegar al corazón <strong>de</strong>l mismo problema partiendo <strong>de</strong> otros distintos puntos <strong>de</strong> ataque.<br />
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