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LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS<br />
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habiendo sometido este sueño al análisis, no nos es posible, naturalmente, indicar <strong>los</strong><br />
motivos por <strong>los</strong> que reprodujo, precisamente, tales impresiones <strong>de</strong> la infancia <strong>de</strong>l sujeto.<br />
Uno <strong>de</strong> mis discípu<strong>los</strong>, que se vanagloriaba <strong>de</strong> que sólo raras veces sufrían sus<br />
<strong>sueños</strong> <strong>los</strong> efectos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>formación onírica, me comunicó uno en el que había visto a su<br />
antiguo preceptor acostado con una criada que había servido en su casa hasta que él tuvo<br />
once años. Asimismo le parecía reconocer la habitación en que dicha escena se<br />
<strong>de</strong>sarrollaba. Su hermano, al que relató este sueño, le confirmó, con gran<strong>de</strong>s risas, su<br />
completa realidad. Recordaba muy bien -pues en la época a que el sueño se refería tenía ya<br />
seis años- que la amorosa pareja le emborrachaba con cerveza cuando hallaba ocasión<br />
favorable a su nocturno comercio. Nuestro sujeto, que por entonces sólo tenía tres años, no<br />
era consi<strong>de</strong>rado como obstáculo, aunque dormía en la misma alcoba. Existe aún otro caso<br />
en el que, sin necesidad <strong>de</strong> <strong>interpretación</strong>, pue<strong>de</strong> afirmarse que el sueño contiene elementos<br />
<strong>de</strong> la infancia. Suce<strong>de</strong> esto cuando se trata <strong>de</strong> <strong>sueños</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>nominados perennes, o sea <strong>de</strong><br />
aquel<strong>los</strong> que habiendo sido soñados por vez primera en la infancia, retornan <strong>de</strong>spués,<br />
periódicamente, en la edad adulta. Aunque no he tenido nunca tales <strong>sueños</strong> perennes, puedo<br />
citar algunos ejemp<strong>los</strong> <strong>de</strong> este género que me ha sido dado observar. Un médico, cercano<br />
ya a <strong>los</strong> treinta años, me refirió que en su vida onírica solía aparecérsele, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su más<br />
temprana infancia hasta el presente, un león amarillo, cuya figura podía <strong>de</strong>scribir con todo<br />
<strong>de</strong>talle. Un día <strong>de</strong>scubrió que tal imagen onírica correspondía a un león <strong>de</strong> porcelana,<br />
perdido o roto hace muchos años, que había habido en su casa y constituyó, según le dijo su<br />
madre, el juguete predilecto <strong>de</strong> su más temprana niñez, cosa que él no recordaba en<br />
absoluto.<br />
Si <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el contenido manifiesto volvemos la vista a las i<strong>de</strong>as latentes que el análisis<br />
nos revela, comprobaremos, con asombro, que también en aquel<strong>los</strong> <strong>sueños</strong> en que nunca se<br />
nos hubiera ocurrido sospecharlo colaboran tales sucesos infantiles. Al mismo médico <strong>de</strong>l<br />
«león amarillo» <strong>de</strong>bo un ejemplo singularmente interesante e instructivo <strong>de</strong> tal sueño.<br />
Después <strong>de</strong> leer la <strong>de</strong>scripción que Nansen escribió <strong>de</strong> su expedición polar, soñó que en<br />
medio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto <strong>de</strong> hielo prestaba sus servicios profesionales al valeroso explorador,<br />
aplicándole corrientes eléctricas para curarle unos dolores <strong>de</strong> vientre que le aquejaban. En<br />
el análisis <strong>de</strong> este sueño recordó una anécdota <strong>de</strong> su niñez, sin la cual no sería posible<br />
explicarlo. Teniendo tres o cuatro años, oyó una conversación sobre <strong>los</strong> viajes <strong>de</strong><br />
exploración (Ent<strong>de</strong>ckungsreisen) y preguntó a su padre si aquello era una enfermedad muy<br />
grave, confundiendo <strong>los</strong> viajes (Reisen) con <strong>los</strong> retortijones (Reissen). <strong>La</strong>s burlas <strong>de</strong> sus<br />
hermanos grabaron para siempre en su memoria el recuerdo <strong>de</strong> este suceso. En mi sueño <strong>de</strong><br />
la monografía botánica se da un caso idéntico al que prece<strong>de</strong>.<br />
Al analizarlo tropiezo, en efecto, con el recuerdo infantil, conservado, <strong>de</strong> que<br />
teniendo yo cinco años me dio mi padre un libro con láminas en colores, para que lo<br />
<strong>de</strong>struyera a mi antojo. Se me objetará quizá que es dudoso que este recuerdo participase<br />
realmente en la conformación <strong>de</strong>l sueño, siendo más probable que la relación con él<br />
quedase posteriormente establecida en la labor analítica; pero la riqueza y el enlace <strong>de</strong> las<br />
asociaciones testimonian en contrario; ciclamen-flor preferida-plato preferido-alcachofasarrancar,<br />
como a una alcachofa, hoja por hoja (expresión muy usada en aquel tiempo con<br />
referencia al proyectado reparto <strong>de</strong>l Imperio chino)-herbario- «gusano <strong>de</strong> <strong>los</strong> libros» (cuyo<br />
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