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SIGMUND FREUD<br />
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pu<strong>de</strong> ya dar por terminada la <strong>interpretación</strong>, expresándola como sigue: «Si ahora muriese el<br />
otro niño se repitiría la misma escena. Pasaría usted el día en casa <strong>de</strong> su hermana, el<br />
profesor iría seguramente a dar el pésame y volvería usted a verle en situación idéntica a la<br />
<strong>de</strong> entonces. El sueño no significa sino este su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> volver a ver al hombre amado,<br />
<strong>de</strong>seo contra el cual lucha usted interiormente. Sé, a<strong>de</strong>más, que lleva usted en el bolsillo el<br />
billete para el concierto <strong>de</strong> hoy. Su sueño es, por tanto un sueño <strong>de</strong> impaciencia, que<br />
anticipa algunas horas el encuentro que hoy <strong>de</strong>bía realizarse.» Con objeto <strong>de</strong> encubrir su<br />
<strong>de</strong>seo había escogido la sujeto una triste situación, en la que el mismo había <strong>de</strong> quedar<br />
reprimido, pues es natural que el dolor que experimentamos ante la pérdida <strong>de</strong> una persona<br />
querida aleje nuestro pensamiento <strong>de</strong> nuestros amores. Sin embargo, es muy posible que<br />
tampoco en la situación real que luego el sueño copia, esto es, cuando la muerte <strong>de</strong> Otto, al<br />
que tanto quería, consiguiese la muchacha dominar por completo <strong>los</strong> tiernos sentimientos<br />
que la presencia <strong>de</strong>l hombre amado había <strong>de</strong> inspirarle.<br />
Otra paciente mía, que antes <strong>de</strong> enfermar se había distinguido por su vivo ingenio y<br />
buen humor, cualida<strong>de</strong>s que aún emergían en sus ocurrencias durante las sesiones <strong>de</strong>l<br />
tratamiento, tuvo un sueño muy semejante al anterior, pero <strong>de</strong> muy distinto sentido. En él<br />
vio, entre otras muchas cosas, a su única hija, una muchacha <strong>de</strong> quince años muerta y<br />
metida en una caja que no tenía forma <strong>de</strong> ataúd, sino la <strong>de</strong> aquellas que se usan para<br />
guardar objetos. Le hubiera gustado presentarme este sueño como prueba <strong>de</strong> la inexactitud<br />
<strong>de</strong> mis teorías, pero la <strong>de</strong>tenía la sospecha <strong>de</strong> que el singular <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> la «caja» había <strong>de</strong><br />
indicar el camino <strong>de</strong> otra distinta <strong>interpretación</strong> <strong>de</strong>l sueño . Durante el análisis recordó que<br />
en una reunión <strong>de</strong> la que el día anterior había formado parte, recayó la conversación sobre<br />
la palabra inglesa box y lo vario <strong>de</strong> sus significados, pues pue<strong>de</strong> traducirse por caja, palco,<br />
cajón, bofetada, etc. De otros elementos <strong>de</strong>l mismo sueño se <strong>de</strong>ducía que la sujeto se había<br />
dado cuenta <strong>de</strong> la afinidad <strong>de</strong> dicha palabra inglesa con la alemana Büchse (estuche) y<br />
había recordado que esta última era empleada vulgarmente para <strong>de</strong>signar <strong>los</strong> genitales<br />
femeninos.<br />
Teniendo en cuenta la impresión <strong>de</strong> sus conocimientos <strong>de</strong> anatomía topográfica,<br />
podía, por tanto, suponerse que la niña en la «caja» significaba el feto en la matriz. Cuando<br />
le comuniqué esta explicación no negó ya que la imagen onírica correspondía realmente a<br />
un <strong>de</strong>seo suyo. Como tantas otras mujeres jóvenes, consi<strong>de</strong>raba cada nuevo embarazo como<br />
una <strong>de</strong>sgracia, y se confesaba más <strong>de</strong> una vez el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> que el feto muriese antes <strong>de</strong>l<br />
nacimiento. En una ocasión que tuvo un grave disgusto con su marido, llegó a golpearse el<br />
vientre, poseída por la cólera, para matar al hijo que en su seno llevaba. El niño muerto <strong>de</strong><br />
su sueño era, pues, realmente, una realización <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos, pero <strong>de</strong> un <strong>de</strong>seo rechazado hacía<br />
ya más <strong>de</strong> quince años. No <strong>de</strong>bemos, pues, <strong>de</strong> extrañar que la realización <strong>de</strong> un <strong>de</strong>seo tan<br />
pretérito resultase irreconocible. En el intervalo tiene que haberse modificado mucho.<br />
Al tratar <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>sueños</strong> típicos volveremos a ocuparnos <strong>de</strong>l grupo al que pertenecen<br />
<strong>los</strong> dos últimamente consignados, cuyo contenido es la muerte <strong>de</strong> personas queridas, y<br />
<strong>de</strong>mostraremos con nuevos ejemp<strong>los</strong> que, a pesar <strong>de</strong> su contenido in<strong>de</strong>seado, han <strong>de</strong> ser<br />
interpretados, sin excepción alguna, como realizaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos. No un enfermo, sino un<br />
inteligentísimo jurisconsulto conocido mío, me relató el siguiente sueño, también con la<br />
intención <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenerme en una prematura generalización <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong>l sueño, realizador<br />
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