Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS<br />
____________________________________________________________________________________<br />
singularida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vida onírica. <strong>La</strong> i<strong>de</strong>a que así se nos ofrece es la <strong>de</strong> una localidad<br />
psíquica. Vamos ahora a prescindir por completo <strong>de</strong> la circunstancia <strong>de</strong> sernos conocido<br />
también anatómicamente el aparato anímico <strong>de</strong> que aquí se trata y vamos a eludir asimismo<br />
toda posible tentación <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar en dicho sentido la localidad psíquica.<br />
Permaneceremos, pues, en terreno psicológico y no pensaremos sino en obe<strong>de</strong>cer a la<br />
invitación <strong>de</strong> representarnos el instrumento puesto al servicio <strong>de</strong> las funciones anímicas<br />
como un microscopio compuesto, un aparato fotográfico o algo semejante. <strong>La</strong> localidad<br />
psíquica correspon<strong>de</strong>rá entonces a un lugar situado en el interior <strong>de</strong> este aparato, en el que<br />
surge uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> grados preliminares <strong>de</strong> la imagen. En el microscopio y en el telescopio son<br />
estos lugares puntos i<strong>de</strong>ales; esto es, puntos en <strong>los</strong> que no se halla situado ningún elemento<br />
concreto <strong>de</strong>l aparato. Creo innecesario excusarme por la imperfección <strong>de</strong> estas imágenes y<br />
otras que han <strong>de</strong> seguir. Estas comparaciones no tienen otro objeto que el <strong>de</strong> auxiliarnos en<br />
una tentativa <strong>de</strong> llegar a la comprensión <strong>de</strong> la complicada función psíquica total,<br />
dividiéndola y adscribiendo cada una <strong>de</strong> sus funciones aisladas a uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> elementos <strong>de</strong>l<br />
aparato. <strong>La</strong> tentativa <strong>de</strong> adivinar la composición <strong>de</strong>l instrumento psíquico por medio <strong>de</strong> tal<br />
división no ha sido emprendida todavía, que yo sepa. Por mi parte, no encuentro nada que a<br />
ella pueda oponerse. Creo que nos es lícito <strong>de</strong>jar libre curso a nuestras hipótesis, siempre<br />
que conservemos una perfecta imparcialidad <strong>de</strong> juicio y no tomemos nuestra débil armazón<br />
por un edificio <strong>de</strong> absoluta soli<strong>de</strong>z. Como lo que necesitamos son representaciones<br />
auxiliares que nos ayu<strong>de</strong>n a conseguir una primera aproximación a algo <strong>de</strong>sconocido, nos<br />
serviremos <strong>de</strong>l material más práctico y concreto.<br />
Nos representamos, pues, el aparato anímico como un instrumento compuesto a<br />
cuyos elementos damos el nombre <strong>de</strong> instancias, o, para mayor plasticidad <strong>de</strong> sistemas.<br />
Hecho esto, manifestamos nuestra sospecha <strong>de</strong> que tales sistemas presenten una orientación<br />
especial constante entre sí, <strong>de</strong> un modo semejante a <strong>los</strong> diversos sistemas <strong>de</strong> lentes <strong>de</strong>l<br />
telescopio, <strong>los</strong> cuales se hallan situados unos <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> otros. En realidad no necesitamos<br />
establecer la hipótesis <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n verda<strong>de</strong>ramente especial <strong>de</strong> <strong>los</strong> sistemas psíquicos. Nos<br />
basta con que exista un or<strong>de</strong>n fijo <strong>de</strong> sucesión establecido por la circunstancia <strong>de</strong> que en<br />
<strong>de</strong>terminados procesos psíquicos la excitación recorre <strong>los</strong> sistemas conforme a una sucesión<br />
temporal <strong>de</strong>terminada. Este or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> sucesión pue<strong>de</strong> quedar modificado en otros procesos,<br />
posibilidad que queremos <strong>de</strong>jar señalada, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego. De <strong>los</strong> componentes <strong>de</strong>l aparato<br />
hablaremos en a<strong>de</strong>lante con el nombre <strong>de</strong>l «sistema Y». Lo primero que nos llama la<br />
atención es que este aparato compuesto <strong>de</strong> sistema Y posee una dirección. Toda nuestra<br />
actividad psíquica parte <strong>de</strong> estímu<strong>los</strong> (internos o externos) y termina en inervaciones. De<br />
este modo adscribimos al aparato un extremo sensible y un extremo motor. En el extremo<br />
sensible se encuentra un sistema que recibe las percepciones, y en el motor, otro que abre<br />
las esclusas <strong>de</strong> la motilidad. El proceso psíquico se <strong>de</strong>sarrolla en general pasando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />
extremo <strong>de</strong> percepción hasta el extremo <strong>de</strong> motilidad. Así, pues, el esquema más general<br />
<strong>de</strong>l aparato psíquico presentaría el siguiente aspecto:<br />
Este esquema no es más que la realización <strong>de</strong> la hipótesis <strong>de</strong> que el aparato psíquico<br />
tiene que hallarse construido como un aparato reflector. El proceso <strong>de</strong> reflexión es también<br />
el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> todas las funciones psíquicas.<br />
316