Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS<br />
____________________________________________________________________________________<br />
sustitución se verifica en la forma siguiente: en la novela L'oeuvre, a la que había <strong>de</strong><br />
hallarse muy próximo el contenido <strong>de</strong> mis i<strong>de</strong>as latentes, <strong>de</strong>scribe el poeta en un pasaje<br />
episódico su propia felicidad familiar y se presenta él mismo bajo el nombre <strong>de</strong> Sandoz.<br />
Para construir este seudónimo siguió seguramente este camino: Zola, leído a la inversa<br />
(como suelen <strong>los</strong> niños hacer muchas veces a guisa <strong>de</strong> entretenimiento), da Aloz. Esto<br />
resultaba <strong>de</strong>masiado transparente y, por tanto, sustituyó la sílaba «al», que inicia también el<br />
nombre Alejandro, por la tercera sílaba -sand- <strong>de</strong>l mismo nombre, resultando así Sandoz.<br />
De un modo análogo surgió, pues, mi Autodidasker.<br />
Mi fantasía <strong>de</strong> que digo al profesor N. que el enfermo por ambos examinado no<br />
pa<strong>de</strong>ce sino una neurosis ha llegado al sueño <strong>de</strong>l siguiente modo: poco tiempo antes <strong>de</strong>l<br />
verano vino a mi consulta un paciente cuya enfermedad me fue imposible diagnosticar.<br />
Pa<strong>de</strong>cía una grave alteración orgánica, probablemente medular, pero sin que pudiera<br />
afirmarse con seguridad. Hubiera sido muy tentador diagnosticar una neurosis, con lo cual<br />
habrían quedado resueltas todas las dificulta<strong>de</strong>s; pero el paciente negó en absoluto toda<br />
posible etiología sexual, sin la cual no reconozco jamás la existencia <strong>de</strong> una neurosis. En mi<br />
incertidumbre, acudí a aquel médico, que me inspira (y no es a mí solo) mayor veneración y<br />
ante cuya autoridad me doblego más fácilmente. Oyó mis dudas, las conceptuó justificadas<br />
y opinó <strong>de</strong>spués: «Continúe usted observando al sujeto. Es seguramente un neurótico.»<br />
Sabiendo que este ilustre médico no comparte mis opiniones sobre la etiología <strong>de</strong> las<br />
neurosis, me abstuve <strong>de</strong> contra<strong>de</strong>cirle, fundándome en las <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong>l paciente, pero<br />
no <strong>de</strong>jé <strong>de</strong> expresarle mi incredulidad. Días <strong>de</strong>spués comuniqué al enfermo que no sabía<br />
qué hacer con él y le aconsejé que viera a otro médico.<br />
Mas, para mi sorpresa, comenzó a pedirme perdón por haberme mentido, alegando<br />
lo había hecho por vergüenza, y me reveló toda la parte <strong>de</strong> etiología sexual que yo esperaba<br />
y me era precisa para diagnosticar una neurosis. Por un lado, fue esto una satisfacción para<br />
mí, mas por otro me avergonzaba un tanto, pues tenía que confesarme que mi colega había<br />
visto las cosas con más claridad que yo, sin <strong>de</strong>jarse engañar por las manifestaciones <strong>de</strong>l<br />
enfermo. Por tanto, me propuse <strong>de</strong>cirle en cuanto le viese que tenía razón, habiendo sido yo<br />
el equivocado. Esto último es precisamente lo que hago en mi sueño. Pero ¿qué realización<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>seos pue<strong>de</strong> haber en él si reconozco que estoy equivocado? Precisamente es éste mi<br />
<strong>de</strong>seo: el <strong>de</strong> que mis temores o <strong>los</strong> <strong>de</strong> mi mujer, que hago míos en las i<strong>de</strong>as latentes, sean<br />
equivocados. El tema a que se refiere en el sueño el acierto o la equivocación no se halla<br />
muy lejano <strong>de</strong> lo que realmente posee un interés en las i<strong>de</strong>as latentes, pues está constituido<br />
por la misma alternativa entre las dos perturbaciones que pue<strong>de</strong> originar la mujer, o, mejor<br />
dicho, la vida sexual, esto es, la perturbación orgánica o la funcional, la parálisis tabética o<br />
la neurosis. Con esta última se relaciona algo laxamente el <strong>de</strong>sdichado fin <strong>de</strong> <strong>La</strong>ssalle.<br />
Si el profesor N. <strong>de</strong>sempeña un papel en este sueño -muy coherente y <strong>de</strong> una gran<br />
transparencia ante una <strong>interpretación</strong> cuidadosa- no es sólo por esta analogía y por mi <strong>de</strong>seo<br />
<strong>de</strong> equivocarme, ni tampoco por sus relaciones con Breslau y con la familia <strong>de</strong> nuestra<br />
amiga allí casada, sino por el siguiente pequeño suceso relacionado con mi consulta con él.<br />
Después <strong>de</strong> darme su opinión sobre el asunto profesional que a su casa me había conducido,<br />
pasó a interesarse por mis asuntos personales. «¿Cuántos hijos tiene usted?» «Seis.»<br />
«¿Varones o hembras?» «Tres y tres. Mis hijos constituyen todo mi orgullo y todas mis<br />
182