12.05.2013 Views

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

propia de un cerebro sensato que asiste al desarrollo de cosas insólitas. Al verme se levantó,<br />

hizo un esfuerzo para sonreír y me dijo algunas palabras de felicitación. Pero su sonrisa<br />

expiró y hasta acabó interrumpiendo su enhorabuena. Cerró la Biblia, apartó las gafas y<br />

retiró su silla un poco hacia atrás.<br />

-Estoy asombrada -confesó-. Casi no sé qué decirla. ¿No habré estado soñando? A<br />

veces me adormezco cuando estoy sentada a solas, imagino cosas que no han ocurrido<br />

jamás. Una vez me pareció que mi difunto marido, muerto hace quince años, se sentaba a<br />

mi lado y me llamaba por mi nombre, Alice, como acostumbraba. Dígame: ¿es cierto que el<br />

señor le ha pedido relaciones? No se ría de mí. Pero me ha parecido que él ha estado aquí<br />

hace cinco minutos y me ha dicho que dentro de un mes será usted su esposa.<br />

-Lo mismo me ha dicho a mí -repliqué. -¿Y le cree usted? ¿Ha aceptado?<br />

-Sí.<br />

Me miró, turbada.<br />

-¡Nunca se me hubiera ocurrido semejante cosa! Él, que es un hombre orgulloso,<br />

como todos los Rochester... ¿Es posible que quiera casarse con usted?<br />

-Así me lo ha dicho.<br />

Me miró de pies a cabeza, y leí en sus ojos que no veía en mí hechizos tales que<br />

justificaran aquel misterio. -Me parece increíble -dijo, al fin-, pero no lo dudo, puesto que<br />

usted lo dice. Cómo resultará todo, no me atrevo a predecirlo. Es muy aconsejable en estos<br />

casos que la fortuna y la edad sean análogos, y él le lleva veinte años. Podría casi ser su<br />

padre.<br />

-Nada de eso, Mrs. Fairfax -protesté-. Nadie que nos viera juntos diría que puede ser<br />

mi padre. Mr. Rochester parece y es tan joven como un hombre de veinticinco años.<br />

-¿Se casa con usted por amor, en realidad? -preguntó.<br />

Me sentí tan herida por su frío escepticismo, que las lágrimas acudieron a mis ojos.<br />

-Siento haberla disgustado -dijo la viuda-, pero usted es muy joven, no está<br />

acostumbrada a tratar con los hombres y quisiera ponerla en guardia. Ya sabe que no es oro<br />

todo lo que reluce. En este caso, temo que todo termine de un modo que ni usted ni yo<br />

desearíamos.<br />

-¿Acaso soy un monstruo? -pregunté-. ¿Es imposible que Mr. Rochester sienta<br />

algún afecto por mí? -No. Es usted agradable y mejorará con el tiempo, y reconozco<br />

que Mr. Rochester parece apreciarla. Vengo observando hace tiempo su predilección<br />

por usted. Ha habido ocasiones en que he estado a punto de advertirla que se pusiera<br />

en guardia contra esa excesiva preferencia, pero temía ofenderla, porque es usted tan<br />

modesta, tan discreta y tan prudente, que pensaba que sabría guardarse por sí misma.<br />

No puede usted imaginar lo que sufrí anoche cuando la busqué por toda la casa sin<br />

encontrarla y cuando la vi volver con él tan tarde...<br />

-Todo eso no importa -interrumpí, con impaciencia-. Ya ve que todo va bien.<br />

-Espero que vaya bien hasta el fin, mas, créame, toda precaución es poca.<br />

Procure mantenerse a cierta distancia del señor. No confíe en él ni en usted misma.<br />

Caballeros de la clase de Mr. Rochester no suelen casarse con institutrices.<br />

<strong>Brontë</strong>, <strong>Charlotte</strong>: <strong>Jane</strong> <strong>Eyre</strong><br />

170

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!