12.05.2013 Views

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

no acostumbrado a la convivencia social. Estabas como temerosa de cometer algún descuido,<br />

pero tu mirada era penetrante y enérgica, y tus respuestas fáciles y prontas. Noté que te<br />

acostumbrabas en seguida a mí, y que existía una simpatía entre tú y tu malhumorado patrón.<br />

No mostrabas enojo ni sorpresa por mis salidas de tono y me contemplabas sonriendo de<br />

cuando en cuando con una gracia a la vez profunda y sencilla que no acierto a describir. Me<br />

sentí contento y animado y decidí seguir tratándote. Sin embargo, durante mucho tiempo me<br />

mantuve distante de ti y te vi pocas veces. Como un epicúreo deseaba experimentar el placer<br />

de tu trato con más intensidad haciéndolo poco frecuente. Tenía, además, el temor de que, si<br />

manoseaba demasiado la flor, sus pétalos se ajaran, su dulce lozanía se desvaneciera.<br />

Ignoraba que no se trataba de una lozanía momentánea, como la de una flor, sino de un brillo<br />

permanente, como el de una piedra preciosa. Además, deseaba ver si, no buscándote,<br />

procurabas buscarme tú. Pero no: cuando pasabas a mi lado me demostrabas tan poco interés<br />

como era compatible con el respeto. Tu expresión habitual en aquellos días era pensativa. No<br />

te hallabas abatida, porque no estabas enferma; ni optimista, porque tenías muy pocas<br />

esperanzas y ninguna satisfacción. Yo quería saber lo que pensabas de mí -y ante todo si<br />

pensabas en mí- y pronto averigüé que no me engañaba por la alegría de tu mirada y hasta<br />

por tus modales cuando conversabas conmigo. Me concedí el placer de ser estimado por ti,<br />

y en breve aprecié que a la estimación seguía tu emoción en mi presencia. Tu rostro se<br />

suavizaba, se dulcificaba tu acento; mi nombre, pronunciado por tus labios, tomaba sonidos<br />

agradables. Me mirabas dudosa, sin saber la causa de que desempeñara ante ti el papel de<br />

amigo afectuoso. Cada vez que te tendía la mano, tal rubor y tal expresión de felicidad<br />

acudían a tus juveniles facciones que había de hacer verdaderos esfuerzos para no<br />

estrecharte contra mi corazón.<br />

-¡No me hable de aquellos días! -interrumpí, enjugando algunas furtivas lágrimas.<br />

Sus palabras me atormentaban. Yo sabía lo que había de hacer sin pérdida de<br />

tiempo, y tales recuerdos servían sólo para convertir en más difícil lo que era inevitable<br />

realizar.<br />

-Cierto -contestó él-. ¿Para qué evocar el pasado cuando el presente es mucho más<br />

seguro y el porvenir mucho más luminoso?<br />

Me estremecí al oír aquella frase.<br />

-¿Comprendes mi caso ahora? -continuó-. Tras una juventud y una madurez<br />

pasadas, mitad en una infinita miseria y mitad en una soledad infinita, daba, por primera<br />

vez, con alguien digno de mi amor, te encontraba a ti. Te consideré mi ángel bueno y un<br />

amor ferviente y profundo brotó de mi corazón. Resolví consagrarte mi vida y hacerte arder<br />

en la propia y pura llama que me devoraba a mí.<br />

»Por eso quise casarme contigo. Decirme que ya tengo una esposa es gastarme una<br />

burla cruel, porque lo que tengo, en realidad, es un abominable demonio. Hice mal tratando<br />

de ocultarte su existencia, pero lo hice porque conocía tus prejuicios y deseaba tenerte segura<br />

antes de aventurarme a tales confidencias. Reconozco que fui cobarde, porque debí<br />

haber apelado desde el principio a tu magnanimidad y a tu comprensión como lo hago<br />

ahora, describirte las torturas de mi vida, comunicarte, no mi resolución, porque ésta no es<br />

la palabra adecuada, sino mi inclinación a quererte fiel y honradamente, esperando ser<br />

correspondido por ti del mismo modo. Sólo después de hablarte francamente debía haberte<br />

<strong>Brontë</strong>, <strong>Charlotte</strong>: <strong>Jane</strong> <strong>Eyre</strong><br />

200

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!