12.05.2013 Views

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

sus manifestaciones de cariño sabiendo que son sacrificios hechos en aras de sus<br />

principios? No: sería monstruoso aceptar tal marido. Podré acompañarle como su hermana,<br />

pero no como su esposa, y así voy a decírselo. »<br />

Le miré. Seguía tendido, como una columna derribada. Volvió la cabeza, se<br />

incorporó y vino a mi lado. -Estoy dispuesta a ir contigo a la India, pero conservando mi<br />

libertad.<br />

-Esa respuesta requiere aclaración.<br />

-Puesto que me has adoptado por hermana, continuaré siéndolo y te acompañaré<br />

como tal, sin casarnos. Meneó la cabeza.<br />

-Una fraternidad adoptiva no es viable en este caso. Si se tratase de una hermana de<br />

verdad, sí. Pero en nuestras circunstancias, o nuestra unión es consagrada por el matrimonio<br />

o no puede existir. Muchos obstáculos lo impiden. Considéralo un momento, tú que tienes<br />

buen sentido.<br />

Mi buen sentido no me decía sino que dos seres que no se aman no deben casarse.<br />

Se lo manifesté así, agregando:<br />

-John: te aprecio como a un hermano y tú a mí como a una hermana. Continuemos<br />

como hasta ahora. -Imposible -replicó él con energía-. Me has dicho que irás conmigo a la<br />

India, no lo olvides. -Condicionalmente.<br />

-Ya, ya... A lo principal -partir conmigo y cooperar a mis tareas- no objetas nada.<br />

Puesto que estás dispuesta a empuñar el arado no debes retirar la mano en virtud de<br />

consideraciones pequeñas. Sólo has de pensar en la grandiosidad de la labor, prescindiendo<br />

de tus deseos, inclinaciones, sentimientos y propósitos para consagrarte enteramente al<br />

servicio del Maestro. Necesitas en ello un colaborador, y ese ha de ser tu marido. Una<br />

hermana no me es necesaria: podría además llegar un día en que dejase de estar a mi lado.<br />

Necesito una mujer en quien yo pueda influir mientras viva y conservar a mi lado hasta la<br />

muerte.<br />

Me estremecí. Me parecía ya sentir aquella influencia sobre mí.<br />

-Busca otra más idónea, John.<br />

-Vuelvo a repetirte que no busco en ti la consorte, sino la misionera.<br />

-Y puedes encontrarla en mí. Yo te daré todas mis energías, pero no mi persona.<br />

Para ti no es útil; déjame conservarla.<br />

-No puedes ni debes. ¿Crees que sería grato a Dios un sacrificio a medias? Es la<br />

causa de Dios por la que abogo y bajo su bandera quiero alistarte. No puedo aceptar un<br />

enrolamiento de la mitad de su personalidad; ha de ser completo.<br />

-¡Oh! -contesté-. Dios cuenta ya con mi corazón. Tú no lo necesitas.<br />

No te aseguraría, lector, que yo no pusiera algo de reprimido sarcasmo en estas<br />

palabras. Hasta ahora había temido a John porque no acababa de entenderle. Pero en el<br />

curso de nuestra conversación de hoy había desvelado su carácter: veía sus debilidades y las<br />

comprendía. La arrogante figura que se sentaba ante mí no era sino un hombre cuya<br />

intransigencia y despotismo resultaban evidentes. El conocer sus defectos me dio valor.<br />

Siendo igual a mí, podía resistirle.<br />

<strong>Brontë</strong>, <strong>Charlotte</strong>: <strong>Jane</strong> <strong>Eyre</strong><br />

256

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!