12.05.2013 Views

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

valor, elocuencia, las cualidades necesarias al soldado, al estadista, al orador. Porque<br />

todo ello se necesita para ser un buen misionero.<br />

»Resolví hacerme misionero. Desde entonces mi estado de ánimo cambió. Las<br />

cadenas que oprimían mi espíritu desaparecieron, sin dejarme otro recuerdo que el de<br />

las llagas producidas, que sólo el tiempo puede cicatrizar. Mi padre contrariaba mi<br />

decisión, pero desde su muerte ningún obstáculo se opone a que yo cumpla lo que me<br />

propongo. Una vez que deje arreglados algunos asuntos y se designe sucesor mío en la<br />

parroquia, una vez que venza algunas debilidades sentimentales que me retienen aún,<br />

pero que sé que acabaré venciendo, porque debo vencerlas, embarcaré para Oriente.»<br />

Habló con su voz peculiar, reprimida y enfática, y cuando hubo callado miró al<br />

sol que se ponía, y que yo miraba también. Mientras hablábamos habíamos comenzado<br />

a caminar por el sendero que, partiendo de mi verja, atravesaba el campo. Ningún paso<br />

resonaba en aquel camino tapizado de hierbecillas, y sólo se sentía el rumor del arroyo<br />

en el valle. Nos sobresaltó, pues, escuchar el sonido de una voz alegre, dulce, como una<br />

campanilla de plata, que decía:<br />

-Buenas tardes, Mr. Rivers, ¡Hola, Carlo! Su perro reconoce a los amigos antes<br />

que usted. Aún estaba yo en el extremo del prado, y ya él aguzaba las orejas y agitaba la<br />

cola. En cambio usted todavía continúa de espaldas a mí.<br />

Era cierto. Rivers se había estremecido al escuchar aquella voz, como si un<br />

tremendo trueno hubiese estallado sobre su cabeza, y al terminar de hablar el nuevo<br />

interlocutor, permaneció en la misma actitud en que éste le había sorprendido. Se<br />

volvió, al fin, con deliberada lentitud. Una aparición, o tal se me antojó, se hallaba a su<br />

lado. Vestía completamente de blanco, era juvenil y graciosa. Al inclinarse para<br />

acariciar al perro, separó un velo que cubría su cara y mostró una faz de la más perfecta<br />

belleza. Las más dulces facciones que el clima templado de Albión haya modelado<br />

jamás, la más bella combinación de rosas y lirios que hayan hecho brotar de un rostro<br />

femenino la brisa y el brumoso cielo ingleses, justifican mi afirmación. Ningún encanto<br />

faltaba, ningún defecto era perceptible. La joven tenía los rasgos delicados y tan<br />

brillantes, profundos y oscuros los ojos como los que se ven en algunos cuadros de<br />

grandes maestros. Eran largas y sombreadas sus pestañas, finas las cejas, blanca y suave<br />

la frente, lozanas y ovaladas las mejillas, frescos, saludables, suavemente cincelados los<br />

labios, relucientes los dientes, menuda la barbilla. Al ver aquella bellísima criatura, la<br />

admiré con todo mi corazón. La naturaleza, al modelarla, no le había negado ni uno de<br />

sus dones.<br />

¿Qué pensaba John Rivers de aquel ángel terrenal? Esto me pregunté al verle<br />

volver el rostro y mirarla, y busqué la respuesta en su expresión. Pero él, casi al<br />

momento, retiró su mirada de la joven y la posó en las humildes margaritas que crecían<br />

junto al sendero.<br />

-Hace una buena tarde, pero es ya una hora muy avanzada para que ande sola por<br />

aquí -dijo, al fin, mientras aplastaba las margaritas con el pie.<br />

-He vuelto hoy de S... -y mencionó el nombre de una ciudad situada a veinte<br />

millas de distancia-; papá me ha dicho que usted ha abierto la escuela y que la maestra<br />

está ya en ella, y en cuanto tomé el té me puse el sombrero y salí para verla. ¿Es esta<br />

señorita? -añadió, señalándome.<br />

<strong>Brontë</strong>, <strong>Charlotte</strong>: <strong>Jane</strong> <strong>Eyre</strong><br />

230

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!