12.05.2013 Views

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

-Pero esas reglas han de ser inusitadas, porque es una inusitada concurrencia de<br />

circunstancias la que las impone.<br />

nada.<br />

-Semejante máxima es peligrosa, porque se presta a interpretaciones torcidas.<br />

-¡Qué sentenciosa está usted hoy! Pero le aseguro que no interpretaré torcidamente<br />

-Usted, como hombre, es falible.<br />

-Ya lo sé. También usted lo es. ¿Y qué?<br />

-Que quien es falible no puede arrogarse el poder de seguir una línea de conducta<br />

extraordinaria asegurando que es conveniente.<br />

-¡«Que es conveniente»! Ésa es la frase adecuada. Usted lo ha dicho.<br />

Me levanté, comprendiendo lo vano de continuar una conversación de la que no<br />

comprendía nada, e intuyendo, además, que el carácter de mi interlocutor era superior a mi<br />

penetración. Me sentía indecisa y vacilante, como siempre que se trata de un tema que se<br />

ignora. -¿Adónde va?<br />

-A acostar a Adèle. Ya es hora.<br />

-Me teme usted, porque hablo como la Esfinge. -Su lenguaje, señor, es enigmático,<br />

en efecto, pero no temo nada.<br />

-¡Sí! Su amor propio le hace temer el llegar a decir desatinos.<br />

-Desde luego, reconozco que no deseo hablar de cosas sin sentido común.<br />

-Aunque sea eso lo que diga, lo expresa de un modo tan sereno y doctoral, que<br />

parece que dice cosas con sentido. ¿No se ríe usted nunca? No hace falta que conteste. Ya<br />

he visto que ríe usted muy poco. Pero puede usted llegar a reír con plena alegría, porque tan<br />

austera es usted por naturaleza como yo, por naturaleza, vicioso. Lowood pesa todavía<br />

sobre usted, haciéndole dominar sus sentimientos, sus impresiones y hasta sus modales y<br />

sus gestos. Teme usted, en presencia de un hombre -padre, persona mayor o lo que sea-,<br />

sonreír con excesiva alegría, hablar con demasiada libertad, moverse demasiado vivamente.<br />

Pero confío en que usted, conmigo, aprenderá a ser más natural, ya que a mí me resulta<br />

imposible ser convencional con usted. Cuando sea más natural, sus ademanes y sus miradas<br />

serán más vivos y más espontáneos. Su mirada es la de un pájaro enjaulado. Cuándo se<br />

halle libre, volará sobre las nubes... ¿Qué? ¿Insiste en irse?<br />

-Son más de las nueve, señor.<br />

No importa; espere un minuto. Adèle no tiene ganas de acostarse todavía. La<br />

posición en que estoy, de espalda al fuego, me permite observar con facilidad. He mirado<br />

de vez en cuando a Adèle, mientras hablábamos, ya que tengo motivos para creer que es un<br />

ser digno de estudio, por razones que algún día le explicaré, señorita... Pues bien,<br />

mirándola, la he visto sacar del fondo de su cajita, hace diez minutos, un vestidito de seda<br />

rosa, que la ha entusiasmado y despertado sus instintos de coquetería. Enseguida ha dicho:<br />

«Il faut que je l'essaie et à Nnstant méme!», y ha salido del cuarto. Ahora debe de estar con<br />

Sophie, entregada a la operación de probarse el vestido, y de aquí a poco la veremos entrar<br />

convertida en una miniatura de Céline Varens, que..., pero esto no interesa. De todos<br />

<strong>Brontë</strong>, <strong>Charlotte</strong>: <strong>Jane</strong> <strong>Eyre</strong><br />

90

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!