12.05.2013 Views

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

que, a veces, esos buenos propósitos no son correspondidos. En Lowood, sí lo fueron; pero<br />

en cambio, mi tía respondía con repulsas agrias a mis buenas intenciones. Esperemos que<br />

Mrs. Fairfax no sea como Mrs. Reed: si lo fuera, no seré yo quien pase con ella mucho<br />

tiempo.»<br />

Me asomé a la ventanilla. Millcote estaba lejos ya. A juzgar por sus luces, era<br />

bastante mayor que Lowton. Había muchas casas esparcidas por el campo. La región era<br />

distinta a Lowood: más populosa, menos pintoresca, más animada y menos romántica.<br />

Los caminos eran malos, la noche brumosa. El caballo iba al paso. A lo que me<br />

parecía, la hora y media se convertiría en dos horas. Al fin, el cochero se volvió hacia mí y<br />

me dijo:<br />

-Ya no estamos lejos de Thornfield.<br />

Miré de nuevo por la ventanilla. Pasábamos junto a una iglesia. Su torre,<br />

achatada, se elevaba hacia el cielo. Divisé una hilera de luces y supuse que era un<br />

pueblo o aldea.<br />

Diez minutos después, el conductor se apeó y abrió una verja. La atravesamos y<br />

subimos despacio una pendiente. El coche se detuvo ante la puerta de una casa de la que<br />

salía luz por entre los cortinajes de una ventana arqueada. Las demás estaban oscuras.<br />

Una criada abrió la puerta. Me apeé y la seguí.<br />

-Por aquí, señorita-dijo la muchacha.<br />

Me condujo, a través de un vestíbulo cuadrado flanqueado de altas puertas, hasta<br />

un cuarto cuya doble iluminación de fuego y bujías casi me dejó ciega durante un<br />

momento por contraste con las tinieblas en que había estado sumida durante dos horas.<br />

Cuando pude ver, me hallé agradablemente sorprendida por un cuadro atractivo y<br />

alegre.<br />

El cuarto era pequeño, alfombrado. Junto a la chimenea había una mesita<br />

redonda y, a su lado, un sillón de alto respaldo y antigua forma, en el que se hallaba<br />

sentada una ancianita con gorrito de viuda, vestida de seda negra y delantal de muselina<br />

blanca. Mrs. Fairfax era tal como yo me la había imaginado, sólo que menos altanera,<br />

mucho más sencilla... Estaba haciendo calceta y un enorme gato dormía a sus pies. No<br />

faltaba detalle alguno para dar la impresión de un hogar tranquilo y confortable. No<br />

podía esperarme mejor recibimiento que el que me hizo: se levantó en seguida y acudió<br />

a mí.<br />

-¿Cómo está usted, querida? Vendrá aburrida, sin duda, ¡John conduce tan<br />

despacio! Acérquese al fuego; debe usted de sentirse helada.<br />

-Hablo con Mrs. Fairfax, ¿verdad? -Sí. Siéntese.<br />

Me instaló en su propia butaca y comenzó a quitarme el chal y el sombrero. Le<br />

rogué, agradecida, que no se molestara.<br />

-No es molestia. Debe usted de tener las manos entumecidas. Prepara algo<br />

caliente y un par de bocadillos, Leah. Aquí están las llaves de la despensa.<br />

Sacó del bolsillo un gran manojo de llaves y las entregó a la criada.<br />

-Acérquese más al fuego, querida-me dijo-. ¿Ha traído usted su equipaje?<br />

<strong>Brontë</strong>, <strong>Charlotte</strong>: <strong>Jane</strong> <strong>Eyre</strong><br />

62

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!