12.05.2013 Views

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

La primera vez que vi a John a solas traté de averiguar si estaba disgustado, pero<br />

me pareció tan reacio a las manifestaciones de simpatía, que no me aventuré a<br />

expresarle lo que sentía por sus supuestos sufrimientos.<br />

Además, su reserva había vuelto a hacerme perder la costumbre de hablarle con<br />

sinceridad. No cumplía su promesa de tratarme como una hermana más. Antes bien,<br />

marcaba a cada momento pequeñas y molestas diferencias nada propicias al aumento de<br />

una mutua cordialidad. A tal extremo, que ahora que vivíamos bajo el mismo techo me<br />

sentía menos unida a él que cuando era maestra de escuela en Morton. Recordando<br />

hasta qué punto había conseguido su confianza, me resultaba increíble su frialdad<br />

presente.<br />

Por todo ello, en la mencionada ocasión en que estábamos solos, no fue poco mi<br />

asombro cuando le vi alzar súbitamente la cabeza de sobre la mesa y le oí decir:<br />

-¿Ves, <strong>Jane</strong>? La batalla se ha dado y la victoria se ha conseguido.<br />

La sorpresa me dejó atónita, pero al fin contesté: -¿Estás seguro de que la<br />

victoria no te ha costado demasiado cara, como a muchos conquistadores? -Creo que no,<br />

y aunque fuera así, no importa. El desenlace es definitivo y ahora no tengo obstáculos<br />

en mi camino, gracias a Dios.<br />

Y volvió a sus papeles y a su mutismo.<br />

La felicidad que sentíamos Diana, Mary y yo acabó tomando un carácter más<br />

reposado, y entonces John estaba en casa con más frecuencia. Se sentaba en el mismo<br />

aposento que nosotras y a veces todos pasábamos varias horas juntos. Mientras Mary<br />

dibujaba, Diana seguía un curso de lecturas enciclopédicas que había emprendido con<br />

gran asombro mío, y yo me afanaba en el alemán. John estudiaba una lengua oriental,<br />

que creía necesaria para el desarrollo de sus planes.<br />

Sentado en su rincón, parecía absorto y sereno, pero a veces sus azules ojos<br />

abandonaban los libros y se posaban sobre nosotras, examinándonos con curiosa<br />

intensidad. Si se le sorprendía, retiraba la vista inmediatamente, mas de vez en cuando<br />

volvía a dirigirla a nuestra mesa. Yo no sabía lo que pudiera significar aquello. Me<br />

asombraba, por otro lado, la satisfacción que nunca dejaba de expresar siempre que yo<br />

iba a realizar la prometida visita semanal a la escuela de Morton. Si sus hermanas me<br />

querían persuadir, los días de mal tiempo, de que no fuera, él, por el contrario, me excitaba<br />

a que acudiese desafiando los elementos adversos.<br />

-<strong>Jane</strong> no es lo débil que suponéis -solía decir- y puede soportar un poco de viento o<br />

unos copos de nieve tan bien como el primero. Su naturaleza es nerviosa y flexible, más<br />

apropiada para adaptarse a los cambios de clima que otras más robustas.<br />

Y cuando yo volvía, muy cansada y a veces víctima de las inclemencias del tiempo,<br />

no osaba quejarme por temor a causarle contrariedad. La fortaleza en sufrir tales molestias<br />

le placía y lo contrario le disgustaba.<br />

No obstante, una tarde resolví quedarme en casa, porque realmente estaba<br />

acatarrada. Sus hermanas habían ido a Morton en mi lugar. Yo estaba sentada leyendo una<br />

obra de Schiller y él luchaba por descifrar sus orientales jeroglíficos. Se me ocurrió mirarle<br />

<strong>Brontë</strong>, <strong>Charlotte</strong>: <strong>Jane</strong> <strong>Eyre</strong><br />

250

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!