12.05.2013 Views

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

tomará la cruz de la separación cuando el jefe de la Iglesia militante de que él es uno de los<br />

más humildes miembros, pronuncie la palabra: «¡Sígueme!»<br />

John pronunció aquellas palabras con la mirada radiante y con la voz profunda y<br />

serena con que predicaba. -Siendo, pues, pobre y humilde, no puedo ofrecer a usted trabajos<br />

que no sean humildes y pobres. Usted quizá se considere rebajada, porque me doy cuenta<br />

de que tiene los hábitos que el mundo llama refinados, y que ha tratado con gentes<br />

educadas. Mas yo opino que no es degradante trabajo alguno que tienda a hacer mejores a<br />

los hombres. Cuanto más duro es el suelo que el cristiano ara, mayor es el honor que<br />

consigue. Así lo hicieron los Apóstoles, capitaneados por Jesús, el Redentor...<br />

-Continúe -dije viendo que se interrumpía.<br />

Me miró con detenimiento, como si mis facciones fueran líneas de una página y<br />

quisiera leer en ellas. Las conclusiones que obtuvo fueron parcialmente expuestas en las<br />

siguientes palabras:<br />

-Creo que aceptará usted lo que voy a ofrecerle -dijo-, pero no de modo permanente,<br />

no quizá por más tiempo que el que yo continúe siendo cura de esta pacífica parroquia de la<br />

campiña inglesa. El carácter de usted es tan inquieto como el mío, aunque en otro sentido.<br />

-Explíquese -pedí cuando él se interrumpió una vez más.<br />

-Lo haré, y verá cuán pobre es mi oferta. Ahora que mi padre ha muerto y soy señor<br />

de mí mismo, no estaré mucho tiempo en Morton. Probablemente me iré antes de un año.<br />

Pero mientras esté aquí, debo preocuparme de mis feligreses. Morton, cuando me encargué<br />

de la parroquia hace dos años, carecía de escuela, y los hijos de los pobres no tenían<br />

posibilidad alguna de instruirse. Establecí una escuela para muchachos y ahora voy a abrir<br />

otra para niñas. He alquilado una casa a ese propósito, con un pabellón contiguo, de dos<br />

habitaciones, para vivienda de la maestra. Ganará usted treinta libras al año y la casa estará<br />

amueblada, aunque muy modestamente, gracias a la munificencia de Miss Oliver, única<br />

hija del solo hombre adinerado que hay en mi parroquia: Oliver, el dueño de la fábrica de<br />

agujas y la fundición de hierro que hay en el valle. La misma señorita paga la educación y<br />

vestido de una huérfana a condición de que ayude a la maestra en los trabajos domésticos<br />

que ella no podría hacer sin detrimento de su cargo de profesora. ¿Le conviene este<br />

empleo?<br />

Había hablado como si esperase de mi parte una indignada repulsa, ignoraba mis<br />

verdaderos sentimientos y pensamientos, aunque adivinase alguno. En verdad, el cargo,<br />

aunque humilde, tenía sobre el de institutriz de una casa la ventaja de la independencia, ya<br />

que me hería más profundamente que el sentimiento de dependencia respecto a terceros. No<br />

era un empleo innoble, ni degradante, ni indigno. Me resolví.<br />

-Le doy gracias por su oferta, Mr. Rivers, y la acepto de todo corazón.<br />

-¿Ha comprendido bien? -insistió-. Es una escuela de aldea; sus discípulas serán<br />

niñas pobres, hijas de labradores en el caso mejor. No tiene usted que enseñar sino a leer,<br />

escribir, contar, coser y hacer calceta. Nada adecuado a sus conocimientos, a sus<br />

inclinaciones... ¿Qué hará con ellos?<br />

-Guardarlos hasta que haya ocasión de aplicarlos. -¿Sabe usted de lo que se<br />

encarga?<br />

<strong>Brontë</strong>, <strong>Charlotte</strong>: <strong>Jane</strong> <strong>Eyre</strong><br />

225

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!