12.05.2013 Views

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Un enamorado divisa a su amante dormida en el césped y desea contemplarla de<br />

cerca sin interrumpir su sueño. Avanza, cauteloso; se para creyendo que ella se mueve; se<br />

retira, temiendo que la vea... Pero todo está tranquilo y entonces vuelve a avanzar. Se<br />

inclina sobre ella lentamente, gozando de antemano con la visión de la belleza que va a<br />

admirar. Y de pronto se sobresalta, se precipita, sujeta fuertemente entre sus brazos a la que<br />

un momento antes no osaba tocar con un dedo. Pronuncia su nombre a gritos, la mira con<br />

desesperación. ¡Porque ella no puede contestarle! El enamorado había creído dormida a su<br />

amada y la encuentra fría e inmóvil como una piedra.<br />

ruina.<br />

Yo buscaba con temerosa alegría una majestuosa casa y encontraba una calcinada<br />

Era innecesario ocultarme tras una columna, lanzar ojeadas a las ventanas, escuchar<br />

ruidos de puertas o de pasos en la explanada. Porque la explanada estaba desierta y la<br />

fachada era, como ya la viera una vez en sueños, una sola pared, alta y frágil, agujereada<br />

por ventanas sin cristales, tras las que no quedaba nada. No había techo, ni almenas, ni<br />

chimeneas. Todo se hallaba destruido.<br />

En torno reinaba un silencio de muerte, una soledad de desierto.<br />

Ya no extrañaba que mis cartas no obtuviesen respuesta, porque era como escribir a<br />

los quietos moradores de una tumba. Las ennegrecidas piedras del edificio decían cómo<br />

éste se había derrumbado: por un incendio. Pero ¿cómo? ¿Cuál era la historia de aquella<br />

catástrofe? ¿Qué pérdidas, además de las piedras, mármoles y maderas habían acontecido?<br />

¿Había muerto alguno? ¿Y quién? Terrible pregunta a que no me cabía contestar...<br />

Rondando en torno a los derribados muros, comprobé que el siniestro debía haber<br />

sucedido tiempo atrás, porque entre las ruinas brotaba ya una vegetación silvestre: hierbas y<br />

musgos que crecían entre las piedras y las vigas partidas. ¿Dónde estaba el desgraciado<br />

propietario de aquella ruina? ¿En qué tierras y en qué estado se encontraba? Mis ojos se<br />

dirigieron hacia la no lejana iglesia y me pregunté si no yacería, con el antiguo Damer<br />

de Rochester, en su angosta morada de mármol.<br />

Era preciso obtener respuesta a mis preguntas. Volví a la posada y cuando el<br />

posadero me trajo el desayuno le rogué que se sentase, cerrara y contestase a un asunto<br />

sobre el que deseaba interrogarle. Pero casi no sabía cómo empezar, temiendo las<br />

contestaciones que iba a oír, a pesar de que la desolación de Thornfield me preparaba<br />

para los más funestos relatos.<br />

-¿Conoce usted Thornfield Hall? -pregunté, al fin, al hostelero, hombre ya<br />

maduro, de buena apariencia. -Sí, señorita. He vivido allí.<br />

-¿Sí? -y pensaba que ello no había sucedido en mi época, porque me era<br />

desconocido.<br />

-Fui el mayordomo del difunto Mr. Rochester -añadió.<br />

¡El difunto! Al fin había recibido el golpe que tanto temía.<br />

-¿Ha muerto? -balbucí.<br />

-Quiero decir el padre del actual Mr. Rochester -exclamó.<br />

<strong>Brontë</strong>, <strong>Charlotte</strong>: <strong>Jane</strong> <strong>Eyre</strong><br />

267

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!