12.05.2013 Views

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

Charlotte Brontë Jane Eyre I - Rincon-Spanish

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Al oír mis últimas palabras permaneció silencioso, mirándome, como si quisiera<br />

decirme: «Eres sarcástica, y lo eres a mi costa. »<br />

-No debemos olvidar que estamos tratando un asunto grave -dijo al fin-. Puesto que<br />

ofrendas tu corazón a Dios, no necesito más. Desde ese momento dejarás de pensar en los<br />

hombres para pensar en el reino espiritual del Creador y sólo en Él encontrarás sosiego y<br />

delicia. Ello hará sólida nuestra unión moral y física, por encima de las pequeñas<br />

dificultades del sentimiento, sobre caprichos, ternuras y desdeñables inclinaciones<br />

personales. Tú acabarás hallando placer en nuestra unión.<br />

-¿Tú crees? -le dije.<br />

Y contemplé sus hermosas y armónicas facciones, imponentes en su severidad, sus<br />

cejas imperativas, sus ojos brillantes y profundos, sin dulzura alguna, su alta y majestuosa<br />

figura, y me imaginé siendo su mujer. ¡No, nunca lo sería! Podía ser su ayudante, su<br />

camarada, cruzar el océano a su lado, seguirle a los países que baña el sol de Oriente, a los<br />

desiertos asiáticos, admirar y emular su valor, su devoción y su energía, considerarle como<br />

cristiano, no como hombre, sufrir el dominio de su personalidad, pero conservando libres<br />

mi corazón y mi cerebro, reservando en los rincones de mi alma un lugar sólo mío, al que<br />

nunca él tuviera acceso y cuyos sentimientos no pudiera reprimir bajo su austeridad. Pero<br />

ser su mujer, permanecer siempre a su lado, vivir siempre sometida, constreñida,<br />

esforzándome en apagar la llama que me devoraba, me sería insoportable.<br />

-¡John! -exclamé al llegar a aquel punto de mis reflexiones.<br />

-¿Qué? -repuso fríamente.<br />

-Puedo ser tu compañera de misión, pero no tu mujer. No puedo casarme contigo ni<br />

pertenecerte.<br />

-Es preciso que me pertenezcas -respondió-. ¿Cómo va un hombre que aún no ha<br />

cumplido treinta años a llevarse a la India a una muchacha de diecinueve no siendo su<br />

esposa? ¿Cómo sería posible que viviésemos solos, incluso a veces entre tribus salvajes, no<br />

estando casados?<br />

-Podemos -repuse- como si fuera tu hermana, o simplemente un sacerdote<br />

compañero tuyo en la misión. -No puedo presentarte como hermana mía, porque no lo eres.<br />

Nos expondríamos a sospechas calumniosas. Además, aunque tengas la mentalidad de un<br />

hombre, tienes el corazón de una mujer y no puedes prescindir de ello.<br />

-Puedo -dije con desdén-. Tengo corazón de mujer, pero no para ti. Para ti tendré la<br />

constancia de una camarada, la franqueza de un soldado, la fidelidad y la fraternidad que<br />

desees, el respeto de un neófito hacia su hierofante. Pero nada más, no temas.<br />

-Eso es lo que quiero -dijo él, hablando para sí-. Es preciso eliminar todo obstáculo.<br />

<strong>Jane</strong>, no te arrepentirás de casarte conmigo. Es preciso que nos casemos. Repito que no<br />

hay otro medio, y está segura de que a nuestra unión seguirá un afecto que, aún en ese<br />

sentido, te la hará agradable.<br />

-Desprecio tu concepto del amor -dije, sin poderme contener, incorporándome y<br />

apoyando la espalda contra la roca-. Desprecio el falso amor que me ofreces y hasta te<br />

desprecio a ti, John, al ofrecérmelo así.<br />

<strong>Brontë</strong>, <strong>Charlotte</strong>: <strong>Jane</strong> <strong>Eyre</strong><br />

257

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!