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alza.
—Ya te lo he dicho, lo de Paul Hanratty no es nada —insistió Claire—, y lo del tipo de las
avispas tampoco, sólo ha sido un shock por su aspecto. Aunque te aseguro que un shock muy
agradable. Y lo de la Cena a Oscuras... —Se estremeció—. Cada vez que lo pienso quiero
echarme atrás.
—Si todo sale mal entre Glenn y yo, me apunto contigo —dijo Eavan lúgubremente.
—Todo se arreglará —la tranquilizó Claire—. Ya verás como sí.
—Eso espero —suspiró Eavan, y entró en el salón para recoger a Saffy.
La pequeña se había quedado dormida mirando el vídeo. Lavan la levantó y la apoyó en su
hombro.
—Pesa una tonelada —susurró mientras iba hacia la entrada—. No es de extrañar que
tenga un dolor de espalda perpetuo.
—¿Puedes? —preguntó Claire abriendo la puerta—. ¿Quieres que...? ¡Oh!
El hombre que en esa ocasión estaba en la puerta con el dedo a punto de llamar al timbre
era Nate Taylor. Su pelo negro azulado estaba tan alborotado como el de Oliver Ramsey, pero
en lugar de hacerlo parecer masculino, evidenciaba que le hacía falta un corte de pelo. Llevaba
unos pantalones con bolsillos, una camiseta negra suelta y unas zapatillas de deporte viejas.
Claire se dio cuenta de que era más alto y tenía las espaldas más anchas de lo que le había
parecido anteriormente. Cada una de las otras veces que lo había visto estaba sujetando algo
o andando encorvado, así que nunca se había dado cuenta de lo alto que era.
—Hola —dijo—. He traído el presupuesto. Quería disculparme por haber tardado tanto.
Tenemos problemas con el sistema informático y pensé que sólo llevaría un par de horas
arreglarlo, pero ha tardado unos días. Sé que podría haberlo hecho a mano y dejarlo en el
buzón, pero quería que vieras que somos un negocio eficiente. Al final ha sido al revés.
—Gracias. —Claire cogió el sobre mientras Eavan, que todavía llevaba a Saffy en brazos,
salía por la puerta. Enarcó una ceja mientras miraba primero a Nate y luego a Claire.
—Ésta es mi amiga. —Claire no sabía por qué les estaba presentando—. Eavan Keating,
Nate Taylor. Nate me ha traído un presupuesto para arreglar el jardín.
—Era un jardín maravilloso —le contó Eavan a Nate—. Te podías sentar ahí y transportarte
a otra época. El aroma de las flores, el zumbido de las abejas... Fantástico.
—Puedo hacer que sea maravilloso de nuevo —dijo Nate—. Ya me dirás si te parece bien el
precio. —Bajó rápidamente la escalera y salió por la verja delantera.
—¡Claire Hudson! —Eavan se cambió a Saffy de hombro y miró a su amiga—. ¿Otro
hombre en la casa?
—No seas ridícula —replicó Claire—. Ya lo ha dicho él, ha traído el presupuesto para el
jardín.
—¿Cómo te las has arreglado para conseguir que los dos hombres más atractivos del
planeta te presten sus servicios? —preguntó Eavan—. El de las avispas era guapo, pero
también lo es el del jardín.
—¡Oh, no lo creo! —Claire negó con la cabeza—Reconozco que Oliver es un sueño
andante, pero Nate sólo es diferente.
—Pues yo creo que está muy bueno —insistió Eavan firme—.
Y tiene una edad más cercana a la tuya.