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Claire se agachó a su lado y lo miró con ansiedad.
—Lo siento muchísimo —dijo—. No ha sido culpa de Phy. Lo ha hecho sin querer.
—¿Lo entrenas para que haga esto? —preguntó Nate—. Yo he vivido con perros, y éste es
el único que me ha tirado al suelo. Dos veces. Aunque seguro que lo ha aprendido de ti. Tú
también lo hiciste una vez. Estoy empezando a pensar que os traéis una conspiración entre
manos.
—Lo siento —repitió ella.
Phydough volvió a lamer la cara de Nate como disculpa.
—¡Oh! ¡No hagas eso! —exclamó él, e hizo una mueca de dolor al tocarse el tobillo—. Ay.
—¡Phydough, siéntate! —ordenó Claire. El perro la miró pesaroso, se dejó caer junto a
Nate y le lamió rápidamente la mano.
—¿Te has hecho daño? —preguntó Claire.
—Sí —respondió Nate irritado.
—¿Dónde?
—En el tobillo. —Volvió a hacer una mueca de dolor—. Me lo he torcido al caerme.
Claire le subió los vaqueros y le pasó las manos por el tobillo. Estaba empezando a
inflamarse.
—Espera —dijo. Entró en la cocina y salió con una bolsa de guisantes congelados y dos
cojines. Lo ayudó a sentarse en una de las sillas del patio y puso los cojines en otra—. Ahora
pon el pie sobre los cojines —le dijo.
Él hizo lo que ella le indicaba, y Claire le colocó la bolsa de guisantes en el tobillo. Nate la
miró con recelo.
—¿Y esto ayudará?
—Por supuesto —contestó—. Detendrá la inflamación. En un tobillo torcido siempre hay que
poner hielo.
—¿Y cuánto tiempo se supone que tengo que estar así?
—Durante un rato —dijo ella—. ¿Preparo una taza de té?
—¿Sabes?, tengo la sensación de que ya hemos hecho esto —comentó Nate—. Tú viniendo
a mí como un ángel salvador.
Ella rió entre dientes.
—Eso parece. ¿Quieres el té?
—Ya sé que es bueno para el susto, pero ¿por casualidad no tienes algo más fuerte?
—¿Whisky? —preguntó dudosa—. Creo que tengo en algún armario de por ahí. ¿O brandy?
—Lo que sea —respondió él.
Claire desapareció en el interior de la casa y volvió a salir al cabo de un momento.
—Lo siento de verdad —se disculpó—. Sólo tengo cerveza. No es exactamente lo que
recomiendan para recuperarse.
—La cerveza está bien —dijo él.
Ella le pasó una lata de Budweisser que él cogió agradecido. Claire se conformó con un
vaso de agua con gas.
—Tal vez algo va mal cuando estamos juntos —comentó ella después de tomar un trago de