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Claire de las siguientes semanas. Como siempre, había mucho trabajo para ella, y estaba
deseando comenzar cosas nuevas. Trinny le preguntó si había hablado últimamente con Eavan
Keating, porque ésta se había puesto en contacto con ella para comentar la posibilidad de
volver a Locum Libris.
Claire no tenía intención de compartir confidencias con Trinny. Además, no tenía ni idea de
lo que Eavan pudiera haberle contado.
—La cuestión es —dijo Trinny— que no tenemos nada en contabilidad ahora mismo y ésa
es la verdadera área de Eavan. Pero ella siempre fue una gran trabajadora. Ambas lo sois —le
sonrió a Claire.
—Creo que tiene algún aprieto económico. —Ésa era toda la información que Claire podía
revelar—. De modo que supongo que si hay cualquier cosa, estoy segura de que estará
interesada.
Trinny asintió con la cabeza.
—Buscaré algo para ella —afirmó.
—Eso sería genial. —Claire se levantó y Trinny le hizo una seña con la mano para que
volviera a sentarse.
—¿Lo pasaste bien en la Cena a Oscuras? —preguntó.
—Estuvo bien —contestó Claire cautelosa—. Aunque tampoco estoy segura de que volviera
a hacerlo.
—Hace un par de días salí con uno de nuestra mesa —le explicó Trinny.
—¿Y eso? —preguntó Claire.
—No sé por qué lo hice —reconoció Trinny—, aunque era un tipo agradable. No era para
mí, pero estaba bien. Lo malo es que Josh se enteró.
—Oh.
—Y se puso como loco —prosiguió Trinny.
Claire escuchó comprensiva mientras su compañera describía exactamente cómo de loco se
había puesto Josh, culminando la historia con que él la había dejado.
—La cuestión es que —dijo Trinny con tristeza—, yo siempre le había pinchado con que me
dejara si no le gustaba cómo iba nuestra relación, pero ahora que lo ha hecho... bueno, ojalá
no lo hubiera hecho.
—Entonces, lo mejor sería que lo llamaras —le aconsejó Claire.
—Ya lo hice —explicó Trinny—. Y me dijo que me perdiera.
—Si te quiere, te perdonará —dijo Claire.
Trinny dejó escapar una breve risa.
—Eres una romántica hasta los tuétanos, ¿verdad?
—¿Yo? ¿Romántica? ¡No lo creo!
—Desde luego que lo eres —insistió Trinny—. Tú crees de verdad que el amor llega como
un rayo cegador y que siempre te acuna y es maravilloso.
—No —negó Claire.
—Tú crees que es para siempre. Crees en el amor.
—¿Acaso no lo hace todo el mundo?