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terapia a algunos pacientes de Bill a los que se les informaba de que tenían enfermedades<br />
graves, pero ella nunca tuvo la sensación de que eso fuera algo que personalmente pudiera<br />
ayudarla. Una vez contó a Bill que ella tenía una alternativa a la terapia. Cuando él le preguntó<br />
cuál era, ella le contestó que saber que alguien como él la quería. Ahora Bill ya no estaba,<br />
pero ella aún seguía teniendo sus reservas y no necesitaba hablar con nadie. Además, no<br />
quería revivir aquel día una y otra vez, le había farfullado a Eileen cuando le preguntó al<br />
respecto. Quería olvidarlo. No quería hablar de cómo se sintió cuando descubrió que su marido<br />
estaba muerto. No quería recordar cómo era caminar tambaleándose hasta la habitación de<br />
Georgia y ver a su pequeña como un fantasma sobre una almohada de hospital, con un corte<br />
en la mejilla que necesitó seis puntos, y que destacaba en medio del color púrpura del golpe<br />
que lo rodeaba. Georgia había abierto sus ojos oscuros cuando Claire fue a verla y le sonrió<br />
débilmente a pesar de su labio hinchado.<br />
Claire la había rodeado con los brazos y le había dicho que estaba bien. Georgia había<br />
suspirado profundamente y se había vuelto a dormir sin decir nada. Ella se sintió aliviada al ver<br />
que su hija estaba consciente y, a pesar de sus heridas, fuera de peligro. En la segunda visita,<br />
cuando Claire tuvo que contarle lo de la muerte de Bill, Georgia la miró en silencio y rompió a<br />
llorar. Al principio, Claire ni siquiera se dio cuenta de que Georgia había dejado de hablar. Las<br />
palabras parecían fútiles. Pero cuando todas las preguntas que le hacía a su hija eran<br />
respondidas por ésta con un movimiento de hombros o un apretón en la mano, Claire supo de<br />
repente que algo iba verdaderamente mal.<br />
El médico le explicó que Georgia estaba traumatizada por el accidente y que podría hablar<br />
tan pronto como fuera capaz de enfrentarse a todo ello. Le dio a entender a Claire que<br />
Georgia hablaría en un par de días, cuando se sintiera capaz de hacerlo. Pero cuando pasó<br />
una semana y su hija seguía sin articular palabra, Claire comenzó a sentir cómo crecía el<br />
pánico en su interior. Al mismo tiempo tenía que dedicarse a los trámites para volver a casa.<br />
También estaba el funeral de Bill, aunque ella dejó casi todo en manos de sus suegros, Jessie<br />
y Seamus, dispuesta a aceptar cualquier cosa que decidieran. Muy poca gente se dio cuenta<br />
de que Georgia no dijo nada aquel día, a pesar de que Jessie le comentó a Claire que la<br />
pequeña estaba muy callada. Esperó hasta después del funeral para decirles a los padres de<br />
Bill que el accidente había dejado a Georgia temporalmente incapacitada para hablar. Ellos la<br />
miraron horrorizados. En sus caras se reflejaba el mismo miedo que tenía Claire de que<br />
Georgia quizá no volviera a hablar nunca.<br />
En realidad nadie podía darle mucha información sobre el repentino silencio de Georgia. Los<br />
médicos, y ella tenía los mejores gracias a Bill, dijeron que no había ningún problema físico.<br />
Georgia fue revisada por uno de los mejores neurólogos. Un psiquiatra le dijo a Claire que<br />
Georgia necesitaba tiempo para aceptar lo que había pasado. Era frecuente, le explicó, que la<br />
gente se recluyera en el silencio cuando tenían que enfrentarse a un trauma que les cambiaba<br />
la vida. Pero no fue capaz de decirle cuándo Georgia recuperaría el habla, si es que lo hacía.<br />
Le recomendó que fuera a ver a un terapeuta, a lo que Claire accedió de inmediato (a pesar<br />
de que ella misma no quería tener nada que ver con ninguno). Georgia aceptó ir a cada visita<br />
pero permanecía en absoluto silencio todo el tiempo. Claire sabía que su hija podía entender<br />
todo lo que se le decía. Sabía que no tenía ningún problema neurológico. Pero a la vez se<br />
temía lo peor.<br />
Lo raro fue que, casi de inmediato, Georgia desarrolló un método para comunicarse con<br />
ella. Naturalmente, Claire hablaba con su hija sin cesar, y ésta le contestaba con signos o<br />
gestos muy fáciles de comprender, incluso en asuntos complicados. Claire tenía que