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cuenta de que...<br />

—¿Qué?<br />

—Le dije que íbamos a quedar para tomar algo, pero no le dije dónde. Puede que crea que<br />

estamos en el club. Puede que haya ido allí.<br />

—¿Cómo va pensar eso? —objetó Glenn—. Siempre que quedamos para tomar algo es<br />

aquí.<br />

—Sí, pero como hace tanto desde la última vez que vino con nosotros... —insistió Eavan.<br />

—¿Quieres llamarla? —preguntó él.<br />

—Tal vez debería —reflexionó Eavan—. Aunque después del roce que hemos tenido... no<br />

estoy segura de que sea una buena idea. Hablar conmigo puede que la eche definitivamente<br />

atrás.<br />

Claire había pasado la mayor parte de la tarde en su despacho, peleándose con un tratado<br />

sobre la Helicobacter pylori, una bacteria que al parecer era la responsable de las úlceras del<br />

aparato digestivo. Se preguntaba por qué motivo la gente que era especialista en<br />

determinados campos escribía de una forma tan aburrida. Sin duda, la información sobre la<br />

Helicobacter pylori se podría redactar de manera más interesante. Pero tal vez no hacía falta<br />

que fuera más interesante, porque sólo lo iban a leer otros médicos. Aun así, pensó Claire,<br />

podrían hacerlo un poco menos soporífero, aunque sólo fuera por consideración hacia los<br />

correctores.<br />

Todavía estaba leyendo cuando oyó el sonido de las patas en la escalera. Acto seguido<br />

Phydough empujó la puerta y entró. Claire siguió leyendo hasta que el perro apoyó la cabeza<br />

en su regazo. Entonces se dio cuenta de que el animal tenía la correa en la boca.<br />

—¡Uy, Phy! —Lo miró sintiéndose culpable—. Tu paseo. Se me había olvidado.<br />

El perro le ladró.<br />

—Lo sé, lo sé. Soy una mala persona —le dijo—. ¿Puedes esperar a que termine otras<br />

cinco páginas?<br />

El perro volvió a ladrar y Claire se removió incómoda sobre la silla.<br />

—Lo sé, tienes razón —prosiguió—. Te prometí que te sacaría a pasear más tarde y ya es<br />

más tarde. Mucho más tarde. —Miró el reloj—. Casi las siete, Phy. He perdido la noción del<br />

tiempo, probablemente porque el día es claro y soleado. Deja que me ponga el chándal y las<br />

zapatillas y salimos.<br />

Phydough siguió a Claire a su habitación con la correa en la boca. Ella se quitó los<br />

pantalones azules y la camisa estampada. Se quedó en ropa interior delante del espejo. Miró<br />

su reflejo e hizo una mueca.<br />

Demasiado delgada. Cuando la gente decía que era imposible ser demasiado rico o estar<br />

demasiado delgado sin duda no se referían a su tipo de delgadez. Hablaban de modelos altas,<br />

espigadas, de piel perfecta y cuerpos tonificados. La piel de Claire no era perfecta (¿cómo<br />

demonios se podía estar en el lado malo de los treinta, es decir, después de los treinta y<br />

cinco, y que todavía le salieran granos? Se preguntaba qué tipo de broma pesada le estaba<br />

jugando la madre naturaleza) y sin duda su cuerpo no estaba tonificado. Además, puede que<br />

en ese momento estuviera delgada, pero tenía piel de naranja en los muslos, y en la parte baja

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