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CAPÍTULO 09<br />

Lavatera (malva): flores rosas y blancas durante todo el verano.<br />

Crece de prisa, pero se debe podar afondo cada año.<br />

EL VIAJE DE VUELTA A CASA se le hizo mucho más corto que el de ida a Dundalk. Claire<br />

se sentó y observó por la ventana el paisaje de costa, mientras iba rememorando todo lo que<br />

su madre le había contado sobre su relación con su padre. Le costaba horrores creer que<br />

Eileen y Con no habían sido felices juntos, pensó Claire. Para ella parecían la pareja ideal. En<br />

la casa de los Shanahan nunca hubo discusiones, dramas ni nada que indicara que no estaban<br />

llevando las vidas que deseaban. Su madre le acababa de contar que todo había sido una<br />

farsa. Que aquellas noches familiares viendo la tele o sentados en el jardín no habían sido más<br />

que una ilusión. Era simplemente inconcebible, pensó Claire en vano. Le costaba creer que<br />

toda su infancia, toda su vida de hecho, estaba basada en una ficción. Con y Eileen no se<br />

querían. Nunca se habían querido. Sólo se casaron por ella.<br />

Se mordió una uña. Eso era lo que le resultaba más difícil de aceptar. A causa de ella<br />

habían vivido más de treinta y cinco años juntos. Años durante los que se aferraron a algo que<br />

no era cierto. Años durante los que hubieran sido más felices por separado. ¿Cómo era<br />

posible que ella no se hubiera dado cuenta? ¿Es más, cómo era posible que no hubiera notado<br />

que, al parecer, su padre se había estado viendo con una plétora de mujeres? Y a esas<br />

alturas de la vida, a una edad ridículamente alta, había encontrado a la mujer con la que quería<br />

vivir para siempre. Eso resultaba verdaderamente increíble. Su padre tenía casi edad de<br />

jubilarse. Claire no era capaz de visualizarlo avanzando hacia al altar con otra persona en ese<br />

punto de su vida. ¿Y lo de la otra, la tal Lacey? Tenía cincuenta y tantos, recordó. ¿También<br />

había estado casada antes? ¿Tenía otra familia a sus espaldas? ¿Esperaría su padre que esa<br />

nueva mujer a ella le gustara y que aceptara el bagaje que llevara consigo?<br />

¿Sería Lacey alguien como ella?, se preguntó Claire de golpe. ¿Sería una viuda que<br />

finalmente se había decidido a rehacer su vida? ¿O era una mujer que había visto la<br />

oportunidad y se había lanzado, sin importarle que Con ya estuviera casado? ¿Cuál de las dos<br />

sería? ¿Una arpía o una santa?<br />

Pensó que lo mejor sería llamar a su padre en cuanto llegara a casa. Sin duda, Eileen ya le<br />

habría puesto al corriente, y le habría contado lo que ella había dicho. Todo era demasiado<br />

civilizado, se dijo a sí misma. Demasiado realista. Supuso que debería estar contenta de que<br />

sus padres hubieran tomado la decisión, si eso era lo que querían, pero aun así... Le parecía<br />

una demostración de que, ni sorteando el campo minado que eran los hombres, se podían<br />

obtener garantías de que las cosas salieran bien. No importaba en absoluto lo fantástico que<br />

pudiera parecerle al resto de la gente.<br />

A pesar de que nunca lo hubiera reconocido en voz alta, a Eavan Keating le encantaba ser<br />

ama de casa. Cuando comenzó a trabajar en Locum Libris, nunca había programado ser una<br />

madre de las que se quedan en casa. Era en la misma época en que se sentaba enfrente de<br />

Claire Shanahan y se preguntaba por qué demonios querría Claire casarse con Bill Hudson y

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