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CAPÍTULO 04
Dicentra (corazón sangrante): flores con forma de medallón,
sobre todo de color rosa y rojo, de tallos curvados y finos. Los
vientos fríos pueden dañarlos.
ERAN SUS PRJMERAS VACACIONES fuera del país en cinco años y habían pasado diez
días absolutamente maravillosos en un resort de cinco estrellas todo incluido en Jamaica. Lo
mejor de todo era que les había salido gratis. Para sorpresa de Claire, había sido la ganadora
de un concurso de una marca de cereales. Ella nunca se había acabado de creer que de
verdad hubiera gente que ganara ese tipo de concursos. Pero la carta que llegó a su casa un
día especialmente lúgubre de noviembre, con nubes bajas y llovizna incesante, decía que las
vacaciones familiares debían ser disfrutadas en los próximos doce meses y que debían
contactar directamente con el operador turístico.
Claire a duras penas podía esperar a que terminara la consulta de aquel día. El mundo
parecía conspirar contra ella, porque había una cola interminable de pacientes con tos y
mocos, lo típico de la época. Era en días como aquél cuando Claire deseaba no haber dejado
Locum Libris para trabajar a tiempo completo como recepcionista y administrativa de Bill. Joe
Halpin, el gerente de la editorial e imprenta, trató por todos los medios de persuadirla para que
se quedara. A lo largo de los años, Claire, con sus conocimientos de corrección y edición de
textos, se había convertido en una persona valiosa para la empresa, por no mencionar lo
rápido que había aprendido los programas informáticos que habían transformado la industria.
Sin embargo, le explicó a Joe que la necesidad que su marido tenía de ella era mayor. Su
última recepcionista acababa de presentar la dimisión (había decidido tomarse un año para
irse de trekking al Himalaya) y ya había comenzado a reducir su ritmo de trabajo. Las
respuestas al anuncio que pusieron en el periódico no correspondían en absoluto a las
expectativas, porque, a pesar de que había mucha gente bien formada y dispuesta a trabajar
media jornada, nadie quería jornada completa en una clínica. Así que Claire decidió que lo más
sensato era dejar de atravesar la ciudad para llegar a las nuevas oficinas de Locum Libris en
Dun Laoghaire, e ir al trabajo bajando la escalera de su casa. Además, como le dijo a Bill, eso
le dejaría más tiempo para estar con Georgia.
Eavan (que se había casado unos años antes a pesar de que siempre le había dicho a
Claire que nadie la arrastraría al altar antes de su treinta y cinco cumpleaños) le dijo a Claire
que, para un matrimonio, trabajar juntos no era una buena idea; que se hartarían de verse el
uno al otro. También le preguntó lúgubremente cómo demonios reaccionaría si Bill le hablaba
de forma brusca y le decía que no había hecho lo bastante bien su trabajo o lo que fuera.
¿Cómo podría mandarle al cuerno y decirle que estaba hasta las cejas de trabajo y tenía por
tanto derecho a pasar un rato en la luna si le apetecía?
Claire se echó a reír y le contestó a Eavan que su trabajo siempre sería lo suficientemente
bueno, y que pocas veces se quedaba mirando las musarañas. Después de todo, ¿acaso Joe
Halpin y Trinny Armstrong, la ayudante de éste, no le habían suplicado que se quedara porque
decían que no podrían salir adelante sin ella? Tampoco se les hubiera ocurrido ofrecerle un
aumento de sueldo, mezquino por supuesto, como no podría ser de otra forma, si no pensaran