31.05.2013 Views

1365539256995

1365539256995

1365539256995

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Pues a mí no me importaría —dijo Rosie en broma—. Creo que esas esposas recubiertas<br />

de piel pueden ser muy excitantes.<br />

—A mí me gustan —reconoció Petra Matthews con una sonrisa, mientras las demás reían a<br />

carcajadas—. Y también me gusta que me tapen los ojos.<br />

Claire miró a Petra sorprendida. ¡Esposas de piel! ¡Ojos vendados! Nunca se hubiera<br />

imaginado que a Petra le fueran ese tipo de cosas. Parecía demasiado normal y corriente<br />

como para eso. Ahora era Celia, la última incorporación al equipo de producción, la que estaba<br />

asintiendo con conocimiento de causa mientras Trinny describía las virtudes de los vibradores y<br />

otros juguetes sexuales en el dormitorio. «Soy tan negada y estoy tan fuera de onda —pensó<br />

Claire—. Bill y yo debíamos de tener la vida sexual menos frívola del mundo, aunque a mí<br />

siempre me pareció bien.»<br />

—Pero aun así... —continuó Rosie con un tono más serio—. Me gustaría que hubiera<br />

alguien en mi vida otra vez. Hace seis meses que Steve y yo lo dejamos y, si os soy sincera,<br />

parece absolutamente imposible encontrar a un tipo decente ahí fuera. Estoy harta de saltar<br />

de un lío de una noche a otro.<br />

—Por lo menos tienes líos de una noche —comentó Petra entre dientes—. Yo ni siquiera<br />

recuerdo la última vez que tuve una cita; así que ni hablar de un rollo de una noche. Y la<br />

verdad, echo mucho de menos un poco de sexo.<br />

Joanna se echó a reír.<br />

—Eso depende del sexo. El rendimiento de David en ese aspecto fue rápidamente a peor.<br />

Lo que quiero decir es que él creía que lo hacía muy bien, que ponerse dale que te pego era lo<br />

que yo quería, a pesar de que le había dicho que un poco de sutileza no estaría mal de vez en<br />

cuando.<br />

—¿Por eso acabó con la rubia? —preguntó Petra.<br />

—Cariño, hubo muchas rubias —exclamó Joanna—. Y también pelirrojas y morenas. Estoy<br />

segura. Bastardo infiel.<br />

—Pero ¿qué iba mal exactamente? —Claire no se podía imaginar viviendo con un marido<br />

infiel.<br />

—Era un mujeriego empedernido. Pero que le den —resopló Joanna y sacó un pañuelo<br />

arrugado de su bolso. Se sonó la nariz y después miró desafiante a Claire—. Sé que no te<br />

vemos mucho, pero ¿qué tal va tu vida amorosa últimamente? —le preguntó—. ¿Alguien nuevo<br />

en el horizonte?<br />

Claire la miró atónita.<br />

—Bueno, ha pasado bastante tiempo, ¿no? —prosiguió Joanna—. ¿Has salido con alguien?<br />

—No —contestó Claire seca.<br />

—¿Y no quieres salir con nadie? —preguntó Rosie.<br />

—No —repitió Claire.<br />

—Me encantaría poder pensar así —suspiró Petra—. Me encantaría quitarme a los<br />

hombres de la cabeza para siempre. Pero me gustan demasiado, incluso cuando sé que todo<br />

va a salir fatal. Por lo menos siempre hay esa breve etapa en la que piensas que todo saldrá<br />

bien, y también cuando estás entusiasmada sólo de pensar en verle.<br />

—Tengo que marcharme. —Claire se levantó rápidamente y la silla de metal chirrió contra<br />

las baldosas—. Tengo que ir a casa a sacar al perro.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!