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—Estoy bien. —Su voz sonaba amortiguada contra su hombro—. Ya está bien.
—Lo sé. Saliste con Oliver.
—Eso fue diferente.
—¿Por qué?
Ella no contestó.
—Eres demasiado buena para Oliver.
—No estoy en el mercado, no estoy preparada para salir con hombres —dijo ella—.
Además, tengo que tener en cuenta a Georgia.
—Georgia parece estar bastante bien por su cuenta. —Nate echó una ojeada hacia Georgia
y Steve, que ahora estaban sentados uno junto a otro en la puerta de la cocina.
—Tal vez. Pero yo... bueno, no sé.
—¿Cena? —propuso Nate—. Recojo bien, ya lo sabes.
—Lo pensaré. —La música terminó y Claire se apartó de él—. Ahora mismo estoy bien
como estoy, pero gracias de todas formas.
Los invitados comenzaron a marcharse alrededor de las diez de la noche. Paul Hanratty se
acercó a Claire y le contó que Petra y él se iban juntos a un pub a tomar algo. Claire lo miró
con curiosidad y él le contó que Petra era una chica realmente muy agradable y que de algún
modo conectaban, que tal vez ella era La Persona.
—¿Y has decidido eso esta noche? —preguntó Claire escéptica.
Él negó con la cabeza.
—Pero estoy preparado para darle una oportunidad. Ella es la primera mujer desde... —Se
encogió de hombros y sonrió—. Gracias por invitarme, Claire. Nunca lo hubiese esperado de ti.
—Eh, sólo porque tú y yo no vayamos a ser nunca motivo de cotilleo no quiere decir que no
pueda permitirte salir con mis amigas —le dijo juguetona.
—Tú parecías estar convirtiéndote en motivo de cotilleo con el tal Nate —le soltó Paul.
—En realidad no. —El tono de Claire era desdeñoso.
Al irse, Petra también dio las gracias a Claire.
—Hemos conectado —murmuró mientras besaba a su amiga en la mejilla—. Hemos
conectado del todo.
Mike y Leonie fueron los siguientes en marcharse, prometiendo pasar a recoger la barbacoa
en un par de días. Ambos le dijeron que había sido una noche fantástica y que habían tenido
mucha suerte de que hubiese hecho tan buen tiempo. Uno perfecto para una barbacoa, dijo
Mike. Lástima que nunca estuviera así cuando él quería chamuscar unas cuantas
hamburguesas. Robyn, Sive y Emma se fueron con ellos, bostezando exageradamente y
guiñándole el ojo sin parar a Georgia, susurrándole cosas a medida que salían.
—Venga, chicas —dijo Leonie—. Si queréis que os llevemos a casa, daos prisa.
—¿Dónde están el resto de tus amigos? —preguntó Claire mientras las miraba marcharse.
—Sam y Denzel se han ido caminando hace un rato —dijo Georgia—. Los padres de Maeve
y Lilith las han recogido hace diez minutos. No te has dado cuenta.