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comida picante y la música tecno); Adonis (sí, soy atractivo y no me importa que lo sepas; le<br />
gustaban las películas comerciales y los cochazos); Tai-Pan (un piloto dispuesto a volver a<br />
tierra) y JustMe (bastante normal, abierto, del montón, le gustaban los deportes y la música).<br />
De todos ellos, el candidato más probable para salir parecía JustMe. Aunque también parecía<br />
el más aburrido, reconoció. Pero por lo menos casi seguro que estaba diciendo la verdad<br />
sobre sí mismo. ¡La mayoría de la gente era del montón!<br />
Para registrarse como miembro en CómoLoReconoceré había que pagar una cuota<br />
mensual, lo que permitía introducir el propio perfil y acceder al de los demás. Claire se mordió<br />
las uñas. ¿Lo haría? Era una auténtica locura. Abrió su bolso y sacó la tarjeta de crédito. La<br />
cuota era muy inferior a los 75.000 euros que pedían por apuntarse a la agencia de lujo cuyo<br />
nombre no sabía y probablemente no podría descubrir nunca. Por otro lado, una inversión de<br />
20 euros no era nada si podía aprender cosas que ayudaran a Georgia. Además, no tenía que<br />
salir con nadie si no quería. Dudó; tenía la tarjeta en la mano. Phydough, que se había unido a<br />
ella en su estudio, como siempre, comenzó a roncar con suavidad en su cesta. «¿Cuántos de<br />
aquellos hombres considerarían de veras salir con una mujer que tenía un perro y una hija?»,<br />
se preguntó. ¿Y si nadie quería salir con ella?<br />
Eso también era aprendizaje, se dijo a sí misma. Y significaría que podría decirle a Georgia<br />
que todos los hombres eran bastardos superficiales, como al parecer pensaban algunas chicas<br />
de Locum Libris.<br />
—¡Bah, qué demonios! —exclamó en voz alta. Pulsó sobre el botón de «Registrarse ahora»<br />
e introdujo los números de su tarjeta de crédito. Decidió no introducir su perfil. Sería ella quien<br />
decidiera cuándo, cómo y si quería contactar con alguien. De esa forma, por lo menos tendría<br />
algún tipo de control. Unos segundos más tarde, comprobó su correo para obtener su número<br />
privado de registro, y volvió a la página para ver las fotos. Stargazer era tan increíblemente<br />
guapo, con piel olivácea, pelo oscuro y ojos ardientes, que no se creyó ni por un instante que el<br />
de la imagen fuera él. Tiger parecía un rubio cualquiera de un grupo musical. La cara de Tai-<br />
Pan estaba casi oculta por la visera de la gorra de béisbol de los Miami Dolphins que llevaba<br />
puesta. JustMe, como su perfil, parecía bastante normalito, pelo castaño, ojos azules y una<br />
cara amigable y abierta.<br />
«¿Seré capaz de hacer esto? —se preguntó Claire—. ¿Puedo contactar con él de verdad?<br />
¿O sería mejor esperar hasta la Cena a Oscuras y conocer a alguien allí?» Se frotó la nuca al<br />
darse cuenta de que se estaba planteando en serio ir a la Cena a Oscuras.<br />
«Me estoy volviendo completamente loca —pensó—. He pasado de ser una persona que la<br />
semana pasada no tenía la más remota intención de volver a salir con nadie nunca más, a<br />
alguien que de repente piensa que está bien escribir mails y querer tener contactos con<br />
completos desconocidos. Pero por lo menos no me va la vida en ello.» Volvió a mirar la<br />
pantalla. Después desvió la vista hacia la foto enmarcada que tenía en su escritorio. Era de Bill<br />
y Georgia, tomada el primer día en que su hija fue al colegio. Georgia, expectante, tenía los<br />
ojos muy abiertos. La expresión de Bill era de absoluto orgullo. «Él querría que lo hiciera —<br />
pensó—. Él querría que yo fuera capaz de ayudar a nuestra hija lo máximo posible.» Pero<br />
dudó. No estaba segura de si ése era el mejor modo.<br />
Su programa de correo electrónico emitió un pitido para avisarle de que tenía un mensaje.<br />
Claire descargó la nueva pila de trabajo que Trinny le había enviado. Las citas por Internet<br />
podían esperar un poco más, se dijo a sí misma. No había necesidad de apresurarse cuando<br />
tenía cosas mucho más urgentes que hacer.